Por: Nurcan Yalçın y Zeynep Akın
Cimacnoticias/Jinha | México, DF.- 23/06/2015
Sinemxan Adsan es la nieta de un rebelde kurdo y madre de dos más; ella vive sola en una casa solitaria de concreto en la ciudad de Batman, en Turquía, donde pasa sus días reflexionando sobre una larga historia de resistencia y de vidas perdidas en ella.
El abuelo de Sinemxan fue Abdurrahman Eliyê Unis, quien pasó siete años en las montañas de Sason y Xerzan organizando el levantamiento kurdo en la provincia de Batman, que ahora es Turquía.
En 1926 los otomanos rápidamente reprimieron la insurrección de Sason. Una parte de la familia de Sinemxan se exilió en Siria o “debajo de la línea”, como los kurdos nombran a la frontera que se dibujó a través de sus tierras durante ese periodo.
Su abuelo Abdurrahman se exilió en Damasco (capital de Siria); la familia de Sinemxan fue enviada a una villa cerca de Qamişlo, en donde ella nació.
En Damasco, Abdurrahman se volvió cercano al intelectual kurdo (y activista político) Celadet Bedirxan. Sinemxan creció con sus seguidores entrando y saliendo de su casa.
Los Bedirxans (como se conoce a los seguidores del intelectual) trajeron con ellos la cultura de la vida kurda a través de las letras que surgían entre la comunidad kurda en el exilio.
Como a la villa eran enviados cada vez más integrantes de una nueva comunidad árabe, la familia de Sinemxan se dirigió nuevamente al norte. 36 de ellos viajaron hacinados en un tren que volvió nuevamente a Batman, su ciudad natal en Turquía. Ahí Sinemxan se casó con su primo.
Ella cursaba el primer mes de embarazo de su sexto hijo cuando su esposo murió luego de nueve años de matrimonio. Sinemxan se compró una máquina de coser para sostener a su familia.
Debido a su historia, Sinemxan y su familia fueron siempre blanco del Estado turco. Un día, soldados allanaron su casa y destruyeron su máquina de coser, alegando que ella la utilizaba para hacer ropa para la guerrilla.
Como los hijos de Sinemxan crecieron con un profundo entendimiento de la represión como parte de su identidad, ellos insistieron cada vez más en unirse al PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán), y en convertirse en rebeldes como su abuelo. Al principio Sinemxan se oponía fuertemente a esa idea.
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