Por: Mónica Alonso*
A veces las respuestas más sorprendentes vienen de la preguntas más inconvenientes. Soy artista, madre y persona curiosa. Procuro no quedarme con la primera impresión y si algo me sorprende intentar ir más allá.
Hace tiempo leí en los medios digitales una declaración de Marina Abramovic, a la que tampoco di mucha importancia y pasó por mi mente sin mayor poso. Pese a todo guardé la noticia como muchas otras esperando que quizás llegara su momento.
Dice Marina Abramovic:
Las mujeres no están tan preparadas para sacrificarse por el arte como los hombres. Las mujeres quieren tener familia e hijos y además dedicarse al arte. Pero, siento decirlo, eso no es posible. Tenemos un cuerpo y para ser artista hay que consagrarlo a ello por completo. El arte exige el sacrificio de todo, incluida la vida normal.
Marina Abramovic es así de clara al hablar del tema de la maternidad y la creación. Volví a leer unas declaraciones similares con motivo de su exposición Holding Emptiness en el CAC Málaga en 2014, y alguna reacción crítica al respecto.
Meses después la artista Tracey Emin hace unas declaraciones en esta línea que recorren los medios en boca de una artista considerada irreverente.
Conozco grandes artistas con hijos. Son hombres.
Sinceramente, creo que en cualquier carrera creativa la maternidad es imposible.No digo que no haya buenas artistas o escritoras que sean madres. Lo que digo es que es muy difícil concentrarse en este tipo de trabajo si tienes que estar pendiente de los niños. Es algo que cambiará con los años, cuando el papel del hombre en la sociedad cambie. Pero falta mucho. Yo no habría sido capaz de ser madre y artista. Habría sido una mala madre.
Emin fue más allá: ¿Hay alguna mujer artista equiparable a Picasso o Van Gogh?.Alguien le contesta: ¿Louise Bourgeois, Barbara Hepworth?. Y Emin contrataca:Uf, no sé si habría querido ser hija de ninguna de las dos.
Lo que en un principio me parecieron, y no solo a mí, unas declaraciones inapropiadas, quizás con intención provocadora, se conectaron en mi cabeza con las de Abramovic.
Abramovic habla en un video de la presentación de su exposición The kitchen, homenaje a Santa Teresa, Galería La Fábrica Madrid, 2009, haciendo alusión a su infancia y declara:
Tengo la teoría de que si tuviste una infancia maravillosa, no creo que llegues a ser una buena artista.
Yo nací después de la II Guerra Mundial y a lo largo de meses estuve en una incubadora. Mis padres se dedicaron a la política y ni se les hubiera ocurrido tener un hijo.
Recordaba haber leído que Abramovic estaba considerada, según la revista estadounidense Time, una de las 100 personas más influyentes del mundo. Como mínimo quería preguntarme porque una artista considerada feminista manifestaba claramente estas ideas. Recordando también que su trayectoria artística parte de principios de los 70 cuando el cuerpo de las artistas se convierte en el sujeto y medio propio del arte feminista.
¿Cómo abordar a Tracey Emin? En una primera asociación vinieron a mi cabeza tres ideas: Egocentrismo; Mala madre; Trauma.
Podemos abordar las palabras de Abramovic quizás desde el egocentrismo. La manifiesta necesidad del egocentrismo para la creación, y la maternidad como abandono del egocentrismo.
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*Artista, Doctora en Bellas Artes.