Al llegar a la cárcel lo primero que pensé fue: “Estoy presa”, “no tengo libertad”.
Comencé por observar y aprenderme las reglas de este lugar, seguía órdenes, aun no comprendía las posibilidades, el tiempo que correría para adaptarme y asimilar que yo no era libre.
Al año de estar aquí descubro que realmente no estuve presa al llegar aquí, viví aproximadamente 22 años presa en otra cárcel que paraliza y frena el crecimiento personal, así como el propio desarrollo humano: la cárcel de los miedos, del no puedo, no sirvo, esa prisión no es nada comparada con ésta, ya que la cárcel física, el lugar a donde nos excluyen de la sociedad, permite descubrir en el aislamiento y la pérdida de tus seres queridos, el valor de la libertad porque este lugar te deja poco a poco sin nada y aprendes a vivir como puedes…
Pero la cárcel del alma te aprisiona, te obstaculiza y no ves más allá de tus errores, esa prisión se vive en la libertad física, y aun así no nos hacemos conscientes del valor de esta vida que vale la pena ser vivida. Cuando llegas al tope de desorden, de no encontrar soluciones, la última conclusión es la muerte o la cárcel física. Yo en lo personal agradezco a la vida la oportunidad de darme cuenta de ello aquí, tal vez allá afuera no hubiese valorado las pérdidas que he surgido estando en el penal.
Les comparto esta parte de mi reflexión de vida porque realmente «lo que no te mata, te hace más fuerte», y si valoramos desde nuestro hogar las posibilidades de solucionar nuestras diferencias, nos era necesario llegar a este lugar, porque aquí para mí, cada lección ha sido más dura de las que recibí en libertad.
Hoy anhelo mi libertad física pero más anhelo liberarme de prejuicios y ataduras que no permitan mi desarrollo y crecimiento personal. Cada día es un milagro estar vivxs y si hay vida hay oportunidades de vivirla, donde sea, con quien sea, en el único momento verdadero de nuestras vidas.
Hoy este es el presente y he aprendido a atesorarlo. Aprendan lo mismo y pregúntense si vale la pena amargarse la vida por cosas que tienen solución…la vida por mucho vale la pena ser vivida al máximo, por esto y mucho más les digo que SER LIBRES ES UNA ACTITUD DE VIDA, aprovéchenla al máximo.
Imagen: retomada de internet