¿Se puede ser Guadalupana-Feminista o Feminista-Guadalupana? El feminismo nos permite ser libres y en esa libertad está también la de creer en lo que mejor nos parezca.
En este espacio he comentado más de una vez que existen diferentes tipos de feminismo: igualitario, separatista, liberal, radical, socialista…¿Y adivinen qué? También hay feminismo teológico.
Las mujeres han formado movimientos dentro de las religiones que buscan reconsiderar sus tradiciones, prácticas, escritos y teologías dentro de una perspectiva del feminismo. Este tipo de movimientos se han conformado en el cristianismo, islamismo, judaísmo, budismo. Insisto: las feministas estamos en todas partes.
Estos grupos lo conforman mujeres que saben que hay una manera diferente de entender la religión que profesan, más allá de la mirada patriarcal que les han impuesto.
Muestra de un grupo así son las Católicas por el Derecho a Decidir, un grupo –cada vez más numeroso- creado por mujeres y hombres creyentes en 1994 que desde una perspectiva ética, católica, feminista y laica defienden los derechos de mujeres y jóvenes, especialmente los sexuales y reproductivos, incluido el acceso al aborto seguro y legal.
Hace algunos años le preguntaba a una integrante de este movimiento que si por qué estaba dentro de una religión que inculcaba valores tan sexistas. Su respuesta la recuerdo, claramente: ¿Por qué tengo que renunciar a mi fe por el entendimiento que le han dado los jerarcas católicos a ella para mantener sus privilegios?”
Las feministas teológicas tienen muy claro que no quieren renunciar a su religión, pero también saben que no las debe de mantener atadas, si no por el contrario les debe de ayudar a caminar. Que no debe de ser un grupo de jerarcas religiosos –todos hombres-quienes les deben de decir la forma en cómo deben de interpretar y practicar su religión.
Por eso e es posible que existan las Feministas-Guadalupanas o Guadalupanas-Feministas. Las que agradecen a una Virgen morena –que tuvo el derecho a decidir si parir un hijo o no- el poder seguir luchando por construir un mundo en donde exista igualdad de oportunidades para mujeres y hombres. Una Virgen que es compañera, que no castiga, que no juzga, que extiende sus manos, que no es más signo del patriarcado, si no de la sororidad entre mujeres.