Se acerca el Día de Muertos, el permiso a las almas para regresar a la morada de los vivos, si fuera el fantasma de Motecuhzoma (Moctezuma II) o de sus vasallos y encontrara mi histórica imagen en un meme que circula en redes sociales, desvinculando la profunda mentalidad religiosa azteca, o la reacción de un pueblo que no permite malos gobiernos… me ofendería.
El meme descalifica a un antiguo gobernante llamado Moctzuma II, como responsable de pérdida de soberanía nacional y de la libertad de sus gobernados. Moctezuma II saludando a Hernán Cortés y en la imagen de abajo a nuestro Presidente dando la mano a cierto candidato político norteamericano racista, que ha discriminado, humillado y arremetido contra mexicanos y mexicanas, quien pretende construir un muro pagado por México entre las dos fronteras.
En el caso de Moctezuma II, en principio no trató de fomentar la privatización, limitar la capacidad de su gobierno para regular servicios públicos en favor de corporaciones multinacionales, elevar muros por intereses personales. La razón por la que Moctezuma permitió el ingreso de Hernán Cortés al Anáhuac fue su religión.
“Toda religión consiste en una teogonía, o sea una explicación del origen de los dioses, una cosmogonía que nos explique el origen del mundo y del hombre; una ética que nos da reglas para la conducta de la vida; un ritual que nos diga que debemos honrar a los dioses por sus favores y evitar su enojo y un sacerdocio que cumpla debidamente los ritos y ceremonias”, según dice el doctor Alfonso Caso en La religión azteca, dioses, ritos y ceremonias.
Profecías que se cumplieron ante la mirada del gobernante, presagios como la viruela, el paso de un cometa, y la confusión que hubo al pensar que Hernán Cortés era el Dios Quetzalcóatl, al verlo pelirrojo, blanco de piel, montado en un caballo descender de barcos, creyó se trataba de él. “Hombres extraños vendrán por el Oriente y sojuzgarán a tu pueblo y a ti mismo, y tú y los tuyos serán de muchos lloros y grandes penas” habían escuchado.
Moctezuma II siguió su ética de acuerdo a la teogonía y cosmogonía de la religión azteca, pero permitió, más tarde, una matanza en cuyo juicio acerca de su actuación pública resultó muerto en manos del pueblo o por traición española, no se sabe con certeza. El pueblo mexicano dijo ante el mal actuar de su representante: ¡Ya no somos más sus vasallos! Se enojaron porque mataron a los alevosamente a sus capitanes y actuaron. Se rompió la unidad de la nobleza indígena.
Si fue el pueblo, tampoco sirve comparar a los antiguos pobladores con los actuales, se sabe que los malos gobernantes ocupan buenos puestos, gozan de libertad e impunidad al dejar la presidencia.