La sola palabra “Paciencia” nos remite a múltiples significados pero, ¿realmente podemos tenerla, conservarla y practicarla en nuestra vida?
En este lugar, privadas de nuestra libertad, es común perder la paciencia ante la incertidumbre del cuÁndo llegara el día de nuestra libertad.
Debemos cultivar esa capacidad de comprender la situación por la cual hemos perdido por instantes la paciencia de escuchar el trasfondo de la situación real. Si nos levantamos de mal humor hay un porqué, si agredimos física o verbalmente con indirectas hay un porqué, no debemos responder a la provocación derivada de un estado emocional negativo de la persona contraria, vale más practicar el silencio como signo de paciencia, dar ese espacio para que la persona se calme, ya que pasados cinco minutos se olvidan de todo con la misma facilidad con que se molestaron y desquitaron su coraje con alguien más.
Practiquemos la paciencia que deriva en escuchar que realmente está originando un ambiente hostil entre nosotros y así mejorar nuestro propio ambiente emocional y el de las personas que han encontrado una forma de reaccionar frente a sus frustraciones y problemas emocionales.
La paciencia es una virtud que debemos cultivar para crear un espacio de cambio en la actitud de los demás.