Termina la etapa en que dos corazones laten dentro de un cuerpo. Ver, besar, acariciar al bebé, es parte de un comportamiento maternal instintivo, fortalece el vínculo afectivo bebé-mamá.
Si ese primer momento en la maternidad no es el esperado, llenará a la familia de incertidumbre sobre el futuro de su hijx. Se vale quebrarse, llorar un día entero para no transmitir inseguridad; negar la enfermedad (en ese momento) y acudir al médico, seguir las recomendaciones mientras acepta que el o la bebé requiere más apoyo para crecer sin sufrir discriminación de ningún tipo, temor frecuente en madres y padres. Estrellita de Jesús es un ejemplo, la conocí en el Hospital Gilberto Gómez Maza, de Tuxtla Gutiérrez Chiapas.
-Mi niña nació con paladar hendido, labio leporino, que dicen, ocurre cuando la luna se come el labio del bebé. Lloré mucho, me impactó ver la hendidura en la cara de mi hija recién nacida… la operaron y desde los tres meses asiste a terapia del lenguaje-. Me cuenta Ana Patricia Morales Guzmán, mientras espera su turno de entrada al consultorio.
La luna no se comió el labio de Estrellita. Las causas de labio leporino y paladar hendido pueden ir desde problemas con los genes que se transmiten con uno o ambos padres, virus, toxinas. El padecimiento afecta la apariencia de la nariz y el labio, puede llevar a problemas con la alimentación, crecimiento, el habla e infecciones de oído.
La señora Ana Patricia acude al ciber café, con ayuda del buscador encuentra diversas categorías de imágenes, luego las ilumina y enseña a su hija cómo se llama cada imagen (claves).
Estrellita es una niña que gracias al esfuerzo, dedicación de un equipo de médicos y la constancia de su madre, a sus cuatro años, tiene buena pronunciación, su voz no suena gangosa, su labio superior y paladar cicatrizaron, en el caso de la nariz tiene un ligero aplanamiento. Su crecimiento es normal, tiene buen peso, es una niña activa, sociable, sonríe. Utilizó un dispositivo protésico temporalmente para cerrar su paladar, se cayó con él y se abrió otro poquito de labio.
Estrellita acude con aproximadamente diez médicos del Hospital Gilberto Gómez Maza, entre ellos terapeutas del habla, pediatras, quienes le recomendaron meterla a la guardería. Su madre la alimenta con una dieta vegetariana; acude a congresos relacionados con el habla y la educación de lxs niñxs; trabaja con cuadernos en donde coloca ilustraciones (claves) etiquetados con su nombre, practican sonidos, juegan…
Ana Patricia Morales Guzmán y Estrellita demuestran con su ejemplo que se puede, con el tiempo, atención médica multidisciplinaria, paciencia, y amor, formar seres funcionales y libres.