EL GRAFITO DE LAS MUJERES ESCRITORAS
Por: Karla Gómez
Foto: tomada de Internet
“Adelante de los pasos de un hombre siempre van los pasos de una mujer” Elena Garro
Detrás de un escritor, hay una escritora en potencia que alterna sus horas domésticas con el ejercicio escritural. Mientras el niño llora, y esta lo arrulla, crea el escenario para que sus personajes y en todo caso personalidades recobren vida en la delgada hoja de papel.
Virginia Wolf autora de la novela “Mrs. Dalloway”, decía que si una mujer quería dedicarse a escribir debería tener 500 libras al año y contar con una habitación propia.
Hoy en día las condiciones no son fáciles para que una mujer se dedique a escribir, tiene que sacrificar las actividades domésticas y familiares. Sin embargo, ¿qué escriben las mujeres de hoy? ¿Son historias intimistas, llenas de críticas, de amor, desamor, desconsuelo…? Escriben cosas de mujeres.
Elena Garro, escritora, poeta y dramaturga, quien nació el 11 de diciembre de 1916 y falleció el 22 de agosto de 1998, es autora de la novela Testimonios sobre Mariana, considerado por algunos una novela autobiográfica.
Era imposible que cada que mencionaran el nombre de Elena Garro, lo relacionaran con el premio Nobel de Literatura en 1990 Octavio Paz. Esto oscurecía su papel como escritora.
El periodista cultural Emanuel Carballo, es quien la prologa la novela y de manera ácida menciona que Garro “es la mujer más brillante, entre todas las que he tratado, también una de las más intrigantes y perversas”.
Añade que “La obra es una obra clave; detrás de los personajes de tinta y papel existen personajes de carne y hueso.
“Es una de esas obras que se escriben de vez en cuando y pese a sus errores, pequeños errores, es una novela anómala tan extraña como cautivante. Digna de ser leída”, comenta el periodista cultural.
Elena Garro escribió una carta dirigida a Carballo, donde explica el por qué redactó esa novela. Asimismo, aclara que Mariana no es una autobiografía, además que le resultaría divertido que los personajes que creyó ver entre sus líneas la demandaran, entre ellos Paz. “Acuérdate de Ortega y Gasset ‘lo que no es vivencia es academia’”, comenta.
Otra mujer que también titubeó en darse a conocer y mostrarle al mundo sus dones en la literatura fue la periodista Cristina Pacheco.
En una entrevista que publicó la Revista Mexicana de Comunicación en 1997, sobre Cristina Pacheco, titulada “Las Historias de Cristina Pacheco” comentó la escritora que en 1962 era la encargada de llevar los artículos de José Emilio Pacheco a la revista Suceso, lugar donde platicaba con Raúl Prieto, y le contaba cosas que sucedieron en su barrio, en una de tantas Prieto le sugirió a Cristina que las escribiera.
Sin embargo, ella ya estaba casada con una afamado escritor, “si lo hago van a decir que él escribió por mí”, dijo. A Cristina Pacheco la volvieron hombre y firmaba sus historias como Juan Ángel Real.
Esa serie duró tres años y se publicó con el título Ayer y hoy, pero una de sus exitosas historias provocó que descubrieran a la verdadera autora de ese texto, “una persona muy cercana a mí tuvo un hijo terriblemente deforme, y la deformidad en el rancho se aniquila”.
Cuenta que la historia le gustó mucho a Luis Buñuel y pidió que le presentaran a Juan Ángel Real. “cuando supo que era una mujer, debe haber pensado: “Es una pinche vieja”-con perdón de la expresión-, y no se volvió a interesar en mis historias”.