Por: Karla Gómez
Uno de los objetivos del feminismo es visibilizar el papel de la mujer en la historia. La escritora chiapaneca Margarita Aguilar, ha dedicado parte de su obra a las mujeres; sabe del sufrir, del amor y de los sabores de la vida.
Es en la novela “Desarraigada” (segunda edición 2014) editada por el Consejo Nacional de las Culturas y las Artes (Conaculta) y el Consejo Estatal para las Culturas y las Artes (Coneculta-Chiapas), donde nos narra en 166 páginas la historia de Candelaria, una mujer de las tantas mujeres que vivió en la época del Mapachismo movimiento armado en 1914, que sucedió en esta entidad.
Margarita Aguilar, autora de «Desarraigada». Foto: tomada de Facebook
Alejandra – personaje central de esta novela-, llegó a la finca “Acala” por azares de la vida, ya que en una ocasión estaba en el Aeropuerto Internacional “Benito Juárez”, para tomar su vuelo con destino a Canadá, y se encontró con su amiga escritora Delia (hija de Candelaria).
Ella decidió cambiar su destino y llegar a tierras chiapanecas, donde según le serviría para escribir una historia, pero lo asombroso fue que en ese sitio lleno de cicatrices, dolores y lucha, el destino la ubicó para narrar la piel y la sombra de Candelaria: “una matriarca”, que se ve afectada por la toma de decisiones de sus familiares quienes prefieren vender las tierras y no seguir con el legado.
En una entrevistada realizada la autora comentó que esta historia surgió a partir de una reflexión sobre su propio origen, ya que proviene de una familia que ha tenido una vida intensa en lo rural y donde generó una trama que busca rendir una especie de homenaje a las mujeres matriarcas chiapanecas.
La autora dio a conocer que tituló la novela “Desarraigada”, porque revela el gran conflicto intergeneracional que viven actualmente las mujeres quienes al llegar a una edad adulta están sujetas a la voluntad de sus descendientes.
Margarita Aguilar, nos presenta una novela de corte histórico llena de amor, suspenso y reflexión, que hace que nos ubiquemos en cualquier pueblo o comunidad de este estado o de la República Mexicana, donde no han llegado los intereses de la urbanización y las mujeres aún siguen conservando sus tierras.