Platicaba con P, amiga feminista de la prepa, sobre la necesidad de feminizar el mundo desde temprana edad para ir sembrando en el corazón de lxs niñxs una relación de igualdad entre hombres y mujeres. La lectura de libros, es un arma eficaz para empoderar a niños y niñas, para sensibilizarlos y mostrar la belleza de la feminidad visto desde la creación, la inteligencia y la energía de otras mujeres.
La colección Antiprincesas es un maravilloso ejemplo de esta deconstrucción de prototipos de géneros mediante la lectura. Desde Argentina, la escritora Nadia Fink y la ilustradora Pitu Saá a través de la editorial Chirimbote, construyeron una versión alternativa de las princesas de Disney, re descubriendo a mujeres en el arte como Frida Khalo, Violeta Parra.
Desde una escritura didáctica, divertida y con ilustraciones coloridas y fantásticas que parecieran tener movimiento, acompañada de actividades bastante disfrutables, la escritora se centra en la obra de las artistas que se han diluido a lo largo del tiempo, una por la sobrexplotación de la mercadotecnia y la otra por el olvido.
De México, la propositiva y aguerrida periodista Lydia Cacho, publicó el año pasado “En busca de Kayla” libro indispensable para niñas pre adolescentes y adolescentes sobre todo aquellas que tienen muy a la mano la tecnología. A través de la historia que podría ser la historia de casi cualquier chica mexicana o latina, Lydia pone en el centro a Myriam, que junto con Bruno se convierten en Ciber Inteligencia para encontrar a Kayla su amiga extraviada, quien fue engañada y capturada por una banda criminal mediante las redes sociales.
Escribir este libro, dice Lydia, le ayudó a ver al Internet “como un espacio en que podemos proteger y escuchar a niñas, niños y jóvenes”; incluye un potente vocabulario de conceptos como: Trata de personas, Delito, Desaparición, Justicia, explicados de manera sencilla. Hay en él frases estremecedoras que invitan a la reflexión no sólo a las y los peques, sino a los papás y las mamás, por ejemplo: “Definitivamente las personas adultas son muy extrañas”, pensó, “pasan tanto tiempo hablando y corriendo que no se enteran de que sus hijas pueden desaparecer”. Las ilustraciones son del artista ilustrador Patricio Betteo.
Otro bello libro escrito desde Argentina es “El 5 Patapollo” de Pedro Aparicio Herrera, ilustrado por Iván Durán Cabrera, quienes invitan a pequeñxs y grandes de edad a buscar fuerza en nuestro interior, a no darse por rendidx jamás y a buscar alternativas de solución a la vida por muy oscura que parezca. El personaje principal se enfrenta a una sociedad que establece y sostiene formas, cuerpos, actitudes, lenguajes “normales” y desprecia todo lo que se sale de los estándares de belleza, de “cuerpos perfectos”, todo lo que hace diferente a un ser humano. Un relato que nos hace pensar en nuestras “discapacidades” como capacidades.
Un libro muy especial es el de Karla Barajas “La noche de los muertitos malvivientes” escrito e ilustrado por ella. Especial no sólo porque la autora es mi afecta querida, sino porque en él encontramos la historia que nos invita a no olvidar abrir el alma a los que ya partieron mediante una de las tradiciones mexicanas más antiguas: el día de muertos; pero también porque nos recuerda que el corazón tiene una memoria que va más allá de la vida material y física. No abundaré en la historia para que corramos con Karlita a encargarle su libro que seguramente al leerlo les robará risas a lado de sus hijxs.
Y no podía faltar un clásico de la literatura infantil, traído a petición de parte, “El Principito” libro que nos recuerda lo verdaderamente importante y esencial en la vida, que nos enseña también a reírnos de nosotrxs mismxs. La humildad y la sencillez, pero también la terquedad, el amor en todas sus dimensiones y la amistad, son algunos de los valores que debemos sembrar en la niñez con la que vivimos.
En estas fechas de reyes y reinas magas, regalemos libros para sembrar en las nuevas generaciones una cultura de igualdad y respeto en la que ser niña no sea ser menos ni ser niño, más, en donde se deje de discriminar por nuestras diferencias físicas y nos valoremos por nuestras potencialidades como humanxs.
Feminizar el mundo es nuestro propósito, la lectura de libros es sólo un arma. Ya encontraremos muchas más. ¡Feministo año 2017!