El cuerpo sin vida del síndico municipal de Aldama, Ignacio Pérez Girón; quien también era el esposo de la alcaldesa de ese lugar, Verónica Ruíz Pérez, apareció este lunes 05 de mayo de 2019 en un tramo carretero que va de San Cristóbal de las Casas a Tuxtla Gutiérrez. Desde su desaparición se habló de él como el alcalde de Aldama y es que en la práctica así lo era. Algunos se llegaron a enterar que no era el presidente municipal hasta que murió.
Lo mismo sucedió en Chamula en el 2016 cuando todos los medios tanto locales como nacionales dieron a conocer que el “síndico municipal” de Chamula, Narciso Lunes Hernández fue asesinado en plena plaza de la cabecera municipal junto con el edil; pero realmente quien era la síndica del lugar era la hija de Narciso, Cristina Lunes Shilon, que ni siquiera estaba enterada que tenía el cargo en el papel.
En Chamula, como en otros municipios, se supone que existen mujeres integrantes del Cabildo Municipal, pero hace unos días el gobernador del estado, Rutilio Escandón Cadena estuvo en ese lugar. Ni una mujer aparece como autoridad local. En la fotografía oficial solo se alcanzan a ver dos mujeres vestidas con su traje tradicional, pero que están ahí porque sostienen el listón que cortaron las autoridades por la inauguración de una obra. La otra mujer, que aparece en la foto también ataviada con el traje tradicional, es una funcionaria federal.
En Chamula, el gobernador y la titular de la Unidad IMSS-Bienestar, Gisela Lara Saldaña inauguraron una clínica de salud. Ni una mujer como autoridad aparece en la fotografía oficial.
La paridad de género es un cambio en el paradigma de gobierno
Con las reformas electorales que entraron en vigencia en el proceso electoral del 2015, en Chiapas los partidos políticos están obligados a presentar candidaturas paritarias, es decir, 50 por ciento de candidatos hombres y 50 por ciento mujeres.
La paridad de género no es una medida afirmativa como lo son las cuotas de género que solo son temporales. La paridad significa un nuevo paradigma de gobierno en donde se busca garantizar que las mujeres participen de manera activa en los puestos de toma de decisiones de manera permanente.
Debido a la paridad de género es que ahora hay mayoría mujeres en el Congreso del Estado, y un mayor número de ellas en los Ayuntamientos ya sea como alcaldesas, sindicas o regidoras.
El problema es que en algunos Ayuntamientos las alcaldesas, síndicas o regidoras solo lo son en el papel. Los casos que mencionaba al inicio ponen de manifiesto esta situación en la cotidianidad. Son hombres quienes se presentan ante los diferentes poderes de gobierno y la propia ciudadanía como autoridad cuando, realmente, no lo son.
Este problema se ha dado a conocer desde la administración pasada, pero el Congreso del Estado, que por segunda ocasión está conformado por una mayoría de mujeres, no ha hecho nada al respecto siendo que está dentro de sus funciones. Mientras continúe sin ver este asunto se está convirtiendo en cómplice de la usurpación de funciones que se da en algunos Ayuntamientos.
La actual legislatura no tiene el tema en su agenda, aunque para ser exacta, no tiene ni uno porque a ocho meses de haber entrado en funciones no tiene aprobada una agenda legislativa.
Hace unos días en el Congreso del Estado se realizó un foro sobre violencia política de género y es muy importante que se dialogue sobre el tema, pero más sería que se tipificará, por fin, el delito de violencia política de género, que está en la Constitución Política del Estado y en la Ley para una Vida Libre de Violencia para las Mujeres, pero no en el Código Penal del Estado.
¿Qué toca hacer?
La académica, Araceli Burguete, que ha seguido el tema, apenas ayer preguntaba qué alternativas podría haber para detener las simulaciones en los municipios que en papel son gobernador por mujeres y en la práctica por hombres, la mayoría de veces familiares directos de las alcaldesas, síndicas o regidoras.
El problema es profundo y estructural porque tiene que ver con que vivimos en una sociedad en donde la as mujeres se nos sigue negando el ejercicio pleno de todos nuestros derechos. Es difícil participar en política para las mujeres cuando las reglas están hechas para los hombres. Las mujeres en la política padecen de acoso, burlas, discriminación y violencia. Es difícil participar en un contexto en donde se tiene que financiar las propias campañas, pero es difícil que las mujeres cuenten con esos recursos económicos. Se complica cuando ellas tienen dobles o triples jornadas de trabajo, cuando la labor doméstica se le sigue cargando, cuando las reglas de la política las pusieron ellos. Pero, aun así hay que hacer algo para cambiar las cosas.
Para empezar creo que toda la sociedad debe de entender que la paridad de género es permanente y no es y ni será negociable. Urge que lo entiendan los partidos políticos, que nada están haciendo para formar cuadros de mujeres, los poderes de gobierno que las siguen invisibilizando en sus acciones.
Los medios de comunicación también tenemos tarea que hacer en este tema. El periodismo permite cambiar o reforzar estereotipos de género, modificar imaginarios sociales, hacer presión política, pone temas en la agenda pública. ¿Estamos haciendo nuestra parte?
Las políticas públicas para garantizar el ejercicio de los derechos políticos a plenitud de las mujeres deben de salir de los poderes de gobierno, pero hasta ahora no han marcado la pauta, no están viendo ni escuchando y no es un asunto solo de decidía, sino de evidente complicidad.
Las y los políticos que están ahora en los poderes de gobierno salieron de los mismos partidos que postularon a autoridades municipales que sabían de antemano que no iban a ejercer el cargo. Fue un asunto acordado con los institutos políticos. ¿Las y los legisladores van a revisar los casos de usurpación de funciones en los Ayuntamientos que son parte de su distrito cuando muchos de ellos pertenecen al mismo partido o hicieron campaña juntos? Ojalá que sí lo hagan. Ojalá y antepongan sus funciones y la Ley a los acuerdos políticos a los que llegaron.
¿El Poder Ejecutivo hará algo al respecto sobre la usurpación de funciones? Su principal argumento, en algunos casos, es que tiene que ver con asuntos de usos y costumbres de las comunidades y que por una cuestión de gobernabilidad no le mueven al asunto; pero la usurpación se está dando en casos también de sindicaturas y regidurías de municipios que no tienen mayoría de población indígena ¿Cuál es la excusa en esos casos?