La Ley General de Acceso de las Mujeres a una vida Libre de Violencia (LGAMVLV, 2007) en su artículo 6, fracción I, define la violencia psicológica como: «un tipo de violencia referente a un acto u omisión que dañe la estabilidad psicológica, que puede consistir en abandono, descuido reiterado, celotipia, insultos, humillaciones, devaluación, marginación, indiferencia, infidelidad, comparaciones destructivas, rechazo, restricción a la autodeterminación y amenazas, las cuales conllevan a la víctima a la depresión, al aislamiento, a la devaluación de su autoestima e incluso el suicidio».
Los resultados de la ENDIREH 2016 señalan que el 49% de las mujeres de 15 años o más han sufrido violencia emocional. Asimismo muestra que de los 19.1 millones de mujeres que han vivido por lo menos una situación de violencia a lo largo de la relación con su actual o última pareja, 657 mil han intentado suicidarse (3.4%) y 878 mil lo han pensado (4.6%). La violencia también tiene secuelas a nivel emocional. Una de las más graves son los pensamientos e intentos suicidas.
En México hay diversas estrategias para prevenir y erradicar la violencia en el ámbito familiar. Una de ellas es el Programa Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia en el Ámbito Familiar (PRONAPREF). Este programa proporciona asistencia legal e información sobre los derechos humanos a personas que han sido víctimas de violencia doméstica. Además busca informar sobre los mecanismos disponibles para prevenir y erradicar la violencia doméstica. Por otro lado, también se promueve la realización de talleres y seminarios para sensibilizar a la población acerca del tema. Estas estrategias buscan garantizar el respeto a los derechos humanos y evitar situaciones en las que se fomente la violencia psicológica.