La Ley General de Acceso de las Mujeres a una vida Libre de Violencia (LGAMVLV, 2007), en su artículo 21, define la violencia feminicida como: «la forma extrema de violencia de género contra las mujeres, producto de la violación de sus derechos humanos, en los ámbitos público y privado, conformada por el conjunto de conductas misóginas que pueden conllevar impunidad social y del Estado y puede culminar en homicidios y otras formas de muerte violenta de mujeres».
Las estadísticas oficiales reflejan que los feminicidios en México se han triplicado entre 2015 y 2018. Según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en 2015 se registraron 422 asesinatos de mujeres por razones de género, mientras que en 2018 la cifra se elevó a 861.
Los estados con mayor índice de feminicidios son Estado de México, Veracruz, Nuevo León, Chihuahua y Sinaloa. Los municipios con mayor número de casos son Ciudad Juárez (Chihuahua) con 28; Culiacán (Sinaloa) también con 28; Monterrey (Nuevo León) con 19; Acapulco (Guerrero) con 14; y Ecatepec (estado de México) con 14.
Es necesario tomar medidas inmediatas para prevenir esta situación. En primer lugar, se requiere una cultura del respeto hacia la mujer para poder erradicar la violencia feminicida. La educación es un factor clave para cambiar las actitudes machistas preestablecidas desde la infancia. Es importante que los hombres asuman su responsabilidad para erradicar este problema social y garantizar el respeto a los derechos humanos de las mujeres. Además, es imprescindible que el Estado proporcione un marco legal adecuado para prevenir y sancionar los delitos cometidos contra ellas.