La Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (LGAMVLV, 2007) en su artículo 16 define la violencia en la comunidad dirigida contra mujeres como: «actos individuales o colectivos que transgreden derechos fundamentales y propician su denigración, discriminación, marginación o exclusión en el ámbito público». Esta violencia suele presentarse en espacios públicos como calles y transporte público y está fundamentada en los prejuicios y conductas discriminatorias o agresivas aprendidos culturalmente. Esta es más común en regiones con alto grado de pobreza y aislamiento, así como bajo nivel educativo.
Los datos de la ENDIREH 2016 muestran que la prevalencia nacional de violencia comunitaria contra las mujeres es del 38.7%, siendo las entidades con los mayores registros Ciudad de México, Estado de México, Jalisco, Aguascalientes y Querétaro.
Es importante tomar medidas para prevenir esta violencia, entre ellas fomentar la educación para el respeto de los derechos humanos. Además, es primordial el trabajo en conjunto con grupos comunitarios para desmitificar los roles y estereotipos que perpetúan la violencia contra las mujeres. Promover una cultura de la legalidad, respeto y no discriminación también es clave para contribuir a la reducción de la violencia.