El lenguaje incluyente y no sexista se refiere a una forma de comunicación y expresión que hace explícito el femenino y el masculino, pero que además es respetuosa con todas las personas. Es importante entender que la manera en que nos expresamos puede contribuir a la discriminación, reforzando estereotipos de género, desvalorizando las reivindicaciones de los grupos sociales marginados y ejerciendo violencia simbólica contra las mujeres y la comunidad LGBT+. La reeducación en el lenguaje es un paso clave para alcanzar una cultura que promueva la igualdad y el reconocimiento de los derechos de las mujeres.
El lenguaje incluyente y no sexista es esencial para crear un espacio seguro para todas las personas sin importar su identidad de género, orientación sexual o afiliación política. Esto significa eliminar palabras y frases que perpetúan los estereotipos de género, excluyendo a aquellos que se identifican con otras identidades de género. Esto también significa usar pronombres neutros cuando sea necesario, para evitar asumir la identidad de género de las personas. La inclusión del lenguaje va más allá del uso correcto de los pronombres; implica cambiar nuestras conversaciones diarias para incluir a todas las personas, sin importar su identidad. Esto contribuirá a construir un mundo más igualitario y respetuoso con todos los grupos sociales.