La institucionalización de la perspectiva de género es un proceso sistemático para asegurar la igualdad sustantiva entre mujeres y hombres. Se trata de una iniciativa para incorporar la perspectiva de género en los procesos y procedimientos formales de una organización, a través de políticas, leyes, normas y acciones específicas para el logro de relaciones igualitarias. Estas medidas deben incluir también instrumentos técnicos y metodológicos para incorporar la perspectiva de género en la planeación, seguimiento y evaluación de programas.
Además, para institucionalizar la perspectiva de género es importante sensibilizar y capacitar a los servidores públicos o al personal institucional para identificar las asimetrías entre mujeres y hombres y actuar en consecuencia. Por último, se requiere disponer de recursos económicos suficientes para asegurar la planeación, ejecución, seguimiento y evaluación de las políticas institucionales para la igualdad entre mujeres y hombres.
La institucionalización de la perspectiva de género es una herramienta poderosa para garantizar la igualdad entre mujeres y hombres. Esta iniciativa contribuye no sólo al logro de relaciones equitativas, sino también a combatir la violencia contra las mujeres y niñas, así como a contrarrestar las desventajas sociales que se asocian a la condición sexo genérica.