El género es una construcción social y cultural que refleja los roles, expectativas, espacios, jerarquías, permisos y prohibiciones asignados a mujeres y hombres en la sociedad. Esta distinción se ha utilizado para establecer la supremacía de los hombres y la normatividad heterosexual, generando situaciones de desigualdad y discriminación. Sin embargo, como se trata de un constructo social, está abierto a cambios que promuevan la igualdad entre personas, independientemente de su sexo biológico.
Es importante reconocer que el género no solo limita las posibilidades y el desarrollo de capacidades de las personas, sino que también puede ser una herramienta para eliminar brechas de desigualdad. Para lograrlo se requiere del trabajo conjunto de todos los miembros de la sociedad para crear espacios seguros y equitativos para todos los géneros. El apoyo a acciones como la educación inclusiva y el empoderamiento de los grupos vulnerables es un paso importante para alcanzar la igualdad entre géneros.