La Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (LGAMVLV, 2007), en el artículo 5 fracción X, define el empoderamiento como un proceso por medio del cual las mujeres transitan de cualquier situación de opresión, desigualdad, discriminación, explotación o exclusión a un estado de conciencia, autodeterminación y autonomía, el cual se manifiesta en el ejercicio del poder democrático que emana del goce pleno de sus derechos y libertades. El mismo se concibe como un propósito de las políticas de igualdad, según lo establece el Artículo 1º de la Ley General de Igualdad entre Mujeres y Hombres (LGIMH, 2006).
Las especialistas señalan que el empoderamiento es un proceso individual y colectivo de generación y acopio de poderes vitales que permiten independencia y autonomía material, social, subjetiva y ética. Se trata del paso que cada mujer da hacia su construcción como sujeta de la propia vida, fortaleciendo sus capacidades y potencialidades, así como su autonomía para decidir y dirigir sus caminos.
Estas políticas han contribuido a abrir espacios para que las mujeres se empoderen. Es importante destacar la importancia del conocimiento tanto por parte del Estado como por parte de la sociedad civil para otorgar herramientas que permitan a las mujeres acceder a los recursos necesarios para elevar su autoestima y contribuir a su desarrollo personal. Estas herramientas también pueden contribuir a la toma de decisiones y al fortalecimiento del papel que juegan las mujeres en la sociedad.
El empoderamiento es un proceso fundamental para garantizar el respeto a los derechos humanos de las mujeres. Es necesario que el Estado y la sociedad civil trabajen en conjunto para promover las políticas necesarias para lograr una verdadera igualdad entre hombres y mujeres. El empoderamiento es un camino hacia la autonomía y la libertad para todas las mujeres.