La diversidad sexual es una realidad de la vida cotidiana de los seres humanos que se refiere a la libertad de expresar y asumir su sexualidad de manera plena. Esta noción cuestiona la heteronormatividad como la única forma aceptada de vivir la sexualidad, mostrando que hay muchas formas de hacerlo. La Comisión Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED) ha señalado que aquellas personas con una orientación sexual, identidad o expresión de género distinta al estándar, enfrentan barreras para acceder a educación, empleo o salud. No respetar la diversidad sexual es un acto discriminatorio que va en contra de los derechos humanos y es por eso que el Estado debe generar condiciones para erradicar estas prácticas. Se han logrado algunos avances en el tema, como por ejemplo, la legalización de los matrimonios entre personas del mismo sexo y la adopción de infantes por parejas del mismo género.
Sin embargo, aún hay mucho trabajo por hacer para erradicar la discriminación hacia las personas con orientaciones distintas a la heterosexualidad o identidades de género no binarias. Es necesario generar un ambiente social donde todos puedan vivir y expresar su orientación sexual libremente sin prejuicios ni discriminación. Es importante involucrar a toda la sociedad para promover el respeto y fomentar el diálogo para acabar con prejuicios o estereotipos. El Estado debe también garantizar los derechos de las personas LGBT+ en todos los ámbitos, como lo señala la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación (LFPED).