No hay diferencias entre los derechos humanos de las mujeres y los hombres. Se hace una mención especial a las niñas y mujeres para reconocer las desigualdades que impiden el disfrute de los derechos humanos que les corresponden.
México ha demostrado su compromiso con los derechos de las mujeres y las niñas al firmar y aceptar la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing de 1995. Además, la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, en su artículo 5 fracción VIII, reconoce los derechos humanos de las mujeres como inalienables, integrados e indivisibles con los derechos humanos universales contenidos en la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), la Convención sobre los Derechos de la Niñez, la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (Belém Do Pará) y otros instrumentos internacionales relacionados.
De acuerdo con ONU Mujeres, los derechos humanos de las mujeres y niñas abarcan todos los aspectos de la vida: salud, educación, bienestar económico, participación política, vida libre de violencia y mucho más.
Es esencial que todas las personas tengan acceso a estos derechos humanos sin importar su género. Los gobiernos deben hacer lo posible para garantizar el pleno disfrute y ejercicio de estos derechos por parte de todos sus ciudadanos.
No hay diferencias entre los derechos humanos de las mujeres y los hombres. Es necesario que todos tengan acceso a estos derechos sin importar su género. El Gobierno mexicano ha mostrado su compromiso al firmar y adherirse a documentos como la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing así como a tratados internacionales como el CEDAW o el Belém do Pará. Esto se traduce en un mejor acceso a derechos como la salud, educación, bienestar económico, participación política y una vida libre de violencia. Es responsabilidad del Estado garantizar el pleno disfrute y ejercicio de estos derechos por parte de todos sus ciudadanos.