“cualquiera puede cocinar. Pero, me doy cuenta, recién ahora comprendo sus palabras. No cualquiera puede convertirse en un gran artista, pero un gran artista sí puede provenir de cualquier lugar”, comparte en entrevista Ignacia de León Vázquez.
Su postre favorito es el pay de fresas, ya que le gusta los frutos rojos, siendo un postre muy cálido que nadie puede resistir, comenta la emprendedora de 55 años de edad y quien “mantiene toda la energía de 20”. Y es que, en cada una de sus recetas aparecen capítulos de experiencia, sabores, y colores, que logran conmover lo más recóndito del ser, en un solo bocado.
Comenzó en el mundo de los pasteles desde que tenia los 18 años, en una de las pastelerías más renombradas allá por los años 90, deleitando los paladares mas exigentes. Sin embargo, Las delicias de Mamá Nancy surge, a través de que amigos y familiares mencionaban que el talento y sabor de los pastelitos eran únicos, y se mantenían con su receta original. Realizando así la pequeña micro empresa desde hace dos años, conformada por Nancy de León, quien realiza el trabajo de productividad y Sa Perleo en el área de ventas y entregas. «Ambas somos un súper equipo».
Doña Nacy, recuerda que, entre las cuatro paredes de un taller, con muchos moldes de todos tamaños , ha conocido a sus mejores amigas: “Entre esas cuatro paredes jugaba mi hija a las escondidas, entre los hornos se contaron las mejores historias de amor, de nostalgia, en cada decoración, en cada boda, en cada aniversario, iba la receta de la felicidad eterna”.
Ante la situación que se vive por la pandemia del Covid-19, informa que sus ventas han disminuido considerablemente, aun así tratan de mantener los precios con el fin de apoyar a los consumidores y, dar un poco de felicidad en estos momentos.
No obstante, enlista a los retos que se ha enfrentado por ser mujer: ser mujer sola y no depender económicamente de nadie; desde un sueldo que no es remunerado, la edad, y la simple idea de trabajar muchas horas y no tener tiempo para poder ver sus hijos hicieron que realizara su propio negocio.
Asimismo, añade que cada producto mantiene un sabor único y suave a la vez, con precios accesibles, “dentro de ellos destaca el famosísimo Mil Hojas, el único y el original en su especie, Niños envueltos, empanadas de hojaldre con todos sus rellenos, volovanes, flanes, pays, cup cakes rellenos etc”.
Pero el secreto de sus recetas recaen precisamente en que están hechos con mucho amor, todos los pedidos son completamente especiales, de acuerdo a lo que pide y requieren los clientes, “recaemos que el esfuerzo y dedicación de hacer algo como propio, hace que los clientes sientan el mismo cariño en cada bocado”.