Su negocio abarca una parte de la sala de su casa ubicada en el Fraccionamiento Real del Bosque en Tuxtla Gutiérrez. Es un estante donde cuelgan diferentes bolsas hechas a mano, loncheras, tortilleros y diferentes manualidades. Por ahora “Mari bolsas y detalles” se limita a ese espacio, pero María Tránsita tiene claro que en un futuro su pequeña empresa será mucho más grande.
María Tránsita Díaz Hernández tiene 40 años de edad y lleva alrededor de 10 años haciendo bolsas artesanales y diferentes manualidades. Aprovecha el tiempo en el que están sus hijos en la escuela para avanzar con su trabajo. “También soy ama de casa” dice María.
El oficio lo aprendió de manera autodidacta con revistas y videos tutoriales. Viene de una familia de bordadoras. Durante varios años se dedicó a bordar vestidos de novia en un taller de alta costura hasta que decidió poner su negocio propio lo que le permitiría combinar mejor su oficio con las actividades del hogar.
No se limita a hacer bolsas, aunque dice que es lo que más le gusta. Hace, literalmente, lo que le pidan: cortinas, forros de biblias, manteles, tortilleros, loncheras.
Hace un mes un grupo llegó a pedirle que le hiciera unos títeres para una obra. Nunca había hecho algo semejante. Le bastó ver una muestra para sacar su propio diseño y hacer sus propios títeres.
“Cada vez que hago algo, lo hago pensando en las personas que lo van a usar, quiero que queden a gusto, que sepan que lo que llevan es algo único”.
Es madre de dos hijos y todos los días se esfuerza por combinar la crianza con su oficio. María es una de esas mujeres ejemplos, que no se han rendido ante lo que saben que es su vocación, lo que quieren y saben hacer. “Para mí esta es mi empresa, mi pequeña empresa” dice y es cierto.