Por: Gabriela Montoya
San Cristóbal de Las Casas, Chiapas.- Sentada en una pequeña silla de plástico color verde, me encontré a María Magdalena Hernández Chatú, originaria de Tuxtla Gutiérrez y trabajadora en el Centro de Atención Múltiple No.1 (CAM 1) en la fría pero alegre ciudad de San Cristóbal de Las Casas.
Ella estudió la Licenciatura en educación especial, tiene 27 años y platica cómo ha sido trabajar con niñxs con discapacidad: “desde mis prácticas me enamoré de lxs niñxs y de mi trabajo pues es la primera prueba que tienes para saber si estas preparada para trabajar con ellxs”.
María Magdalena lleva trabajando aproximadamente 5 años como maestra de prescolar en un salón multigrado en donde atiende a 11 pequeñxs con discapacidad intelectual, con problemas de hidrocefalia y motores así como con Síndrome de Down y cada día que convive con lxs niñxs para María Magdalena es tener “una experiencia súper hermosa y llena de aprendizaje”.
Las actividades que realiza con lxs pequeñxs van de acuerdo con lo que ellxs pueden realizar, además siempre busca que sean actividades visuales o auditivas pues de esta manera lxs niñxs aprenden más. “Son niñxs que tienen un nivel de aprendizaje más lento por eso busco actividades que les refuerce el aprendizaje” comenta María Magdalena, además platica que junto con el maestro de música se ponen de acuerdo para cantar o escuchar canciones de acuerdo con el tema que están abordando.
En ocasiones también realiza adecuaciones de los materiales con los que trabajaran ya que algunxs niñxs que tienen problemas motores no pueden trabajar con los materiales comunes. María Magdalena platica que la mayor de las dificultades que ha tenido ha sido la sobreprotección de los padres y madres de familia “es complicado trabajar así porque son los mismos papás que creen que lxs niñxs no pueden hacer las actividades y lxs limitan a avanzar”. Así también platica que hay padres y madres desinteresadxs en acompañar a lxs niñxs y tampoco se acercan a ellxs para saber cómo es el aprendizaje de sus hijxs.
María Magdalena platica que para poder estudiar y trabajar en la carrera de educación especial se necesita de mucho amor, pasión, paciencia y mucha vocación “hay muchxs maestrxs que se frustran al ver que no hay un aprendizaje rápido como con lxs niñxs regulares porque con los niñxs con discapacidad llevan más tiempo para que haya un aprendizaje”.
El que lxs niñxs sepan que se tiene que lavar las manos antes de comer y después de ir al baño, saber en dónde colocar sus cosas, que puedan contar, poder ver que están comiendo solxs y que son capaces de sostener una cuchara, que pueden controlar el esfínter y medir peligros son algunos de los avances que ha podido ver con lxs pequeñxs que con mucho amor a acompañado durante 5 años.
María Magdalena se dice estar muy feliz de poder acompañar a lxs pequeñxs y poder expresar su cariño mediante actividades que lxs ayudan a seguir avanzando “me causa mucha emoción el saber que soy o que fui su maestra y que cuando estén más grandes tal vez me van a recordar y recuerden el cariño que les di”.