La artista plástica Sandra Díaz, disfruta mucho de la ciudad colonial San Cristóbal de Las Casas, del clima, de la vida cultural, del paisaje, de la gastronomía internacional, de los postres y de su multiculturalidad.
Ella vive en la periferia rodeada de árboles a los cuales llegan diferentes tipos de aves, mismas que disfruta observar. Así como a ardillas, tlacuaches, conejos silvestres, luciérnagas; una gran variedad de escarabajos y otros insectos que rondan ante sus ojos, elementos que están presentes en su propuesta visual.
Desde ese espacio geográfico, ubicado a 50 minutos de distancia de la ciudad capital, vive el confinamiento con una serie de matices, porque la información que va surgiendo en algunos momentos le resulta confusa. Sin embargo, junto a los integrantes de su familia sigue las indicaciones de medidas sanitarias ante la pandemia del Covid-19.
Como creadora, siempre ha dedicado gran parte de su tiempo a los procesos que requiere su obra. Por ello, este aislamiento le ha permitido hacerse de una abundante producción. Su día, es como el de muchas familias: abraza a los integrantes de su núcleo y a Mishu, el gato. Desayunan, hacen tareas del hogar de acuerdo a la organización pactada. Después, desarrollan de manera individual las actividades profesionales que les corresponden.
Su taller de grabado está justo al lado de casa, lo cual facilita mucho la continuidad de su obra en esta pandemia. Ahí pasa parte de su día, en donde elabora diversas técnicas de grabado de baja toxicidad como la xilografía, linografía, punta seca, mezotinta, colografía, tetrapack, entre otras. Si es día de impresión, regresa por la tarde al taller a seguir trabajando.
Degusta café, lee. Actualmente alterna tres libros “El amor en tiempos de cólera” de Gabriel García Márquez, que leyó hace años y, que la ha hecho sonreír nuevamente; “Vienen de lejos los torrentes, una historia de Chiapas” de Jan de Vos; y “Art magique á Cuba” de Gérald Mouial. También lee las noticias en las redes. En la tarde-noche revisa correos y trabajo virtual pendiente. Alterna ejercicio dos o tres veces por semana, en general durante la tarde, ya que, la tarde es fría en San Cristóbal. Por la noche ve alguna película si hay red, como el Cartero de Neruda, película recomendada por un amigo suyo, un filme que acerca la poética del chileno Pablo Neruda.
Desde la virtualidad. Desde esta distancia geográfica, pero de acercamiento gracias al internet, ella está atrás del monitor de mi lap top. Con las teclas de su computadora, responde las preguntas que le he hecho. Su voz, sus reflexiones y su sentir, se reflejan en cada respuesta que da, en cada palabra que al leerla, me recuerda su temple y algunas de sus piezas que han formado parte de exposiciones colectivas e individuales. Mis recuerdos comienzan a desempolvarse, la sitúa en el Museo del Café de Chiapas, durante un evento que se desarrolló dentro del marco del Día de la Mujer. Fue la última vez que la vi. Ahora, ante el confinamiento, nos volvemos a encontrar de manera distinta, nos encontramos en la sociedad digital, en donde cuenta, sus procesos e intenciones en el grabado.
—¿Cómo elegiste ser grabadora, qué te llevó a vivir de imágenes?
—Elegí especializarme en grabado cuando cursé la licenciatura en Artes visuales en la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas, porque no conocía casi nada de esta disciplina, después, la misma disciplina que requiere el grabado me conquistó y me abrió muchas puertas. La primera puerta fue la del conocimiento que abraza a la gráfica, se extiende con muchas vertientes en cuanto a técnica y trazo, logrando con ello una infinidad de posibilidades en la imagen, también me ha permitido viajar a diferentes partes del mundo compartiendo mi obra, la obra misma ha viajado y ha sido seleccionada en países que nunca imaginé. Su lenguaje es muy particular y a través del grabado he podido expresar y comunicar aspectos que difícilmente hubiese podido expresar de otra forma. Cuando el público que participa de mi obra encuentra y se identifica con esas mismas inquietudes, ideales y preocupaciones, este caminar a través de las imágenes ha valido totalmente mi pasión por la gráfica. Me siento libre al expresarme a través de esta disciplina artística que me permite llegar a muchas conciencias.
—¿Qué buscas como creadora visual con tus piezas? ¿Cuáles son los temas o las temáticas que predominan en tu obra?
—Busco entablar un diálogo con el otro, busco que reflexionemos, que pongamos las cartas sobre la mesa, conectar, despertar el pensamiento.
Uno de los temas frecuentes en mi obra es la mujer, como eje importante de la familia, de la sociedad, de la cultura, de la política, de la economía y de la historia. Señalando y haciendo énfasis en la desigualdad en la que vivimos, buscando vivir con respeto y equidad por ello mi obra también toca el tema de los valores, del amor, de la ética, del equilibrio, del respeto al otro así como a la naturaleza que son temas que van de la mano.
—¿Existe algún trazo en particular, o una silueta o forma que más te agrade usar? Si es así ¿por qué?
—En mi obra siempre encontrarás elementos de la naturaleza (flores, plantas, insectos, animales, esporas, hongos, microorganismos, etcétera), porque me permite crear un lenguaje rico en formas, colores, texturas que aparecen de manera simbólica, metafórica o análoga de algún tema que aborde la pieza.
Porque la naturaleza aún guarda infinidad de secretos que en realidad no quisiera que fuesen develados, porque es sabia y como ahora lo estamos viviendo va poniendo cada cosa en su lugar; y porque, la ciencia, ya nos ha demostrado que siempre busca su propio equilibrio si nosotros lo perturbamos.
—¿Prefieres trabajar en formatos pequeños o grandes? ¿Qué posibilidades te permite?
—El formato depende del proyecto. El grabado que en su mayoría se estampa sobre papel, depende entonces de las dimensiones mismas del papel (el pliego de un papel algodón que se consigue en México es de 112 cm. X 76 cm), y de las dimensiones de la platina, que es la superficie de una prensa o tórculo para grabado (en México son contados los talleres donde se cuenta con una platina mayor de 150 cm de longitud). A nivel mundial hay una vasta convocatoria de bienales y trienales donde se exhibe obra muy pequeña trabajada en grabado, conocida mejor como mini estampa en las que he participado en algunas ocasiones.
Durante los veinte años que tengo trabajando la gráfica, los formatos con los que he trabajado frecuentemente son de medio pliego, para algunas piezas he usado el pliego completo, aunque el proceso es mucho más complicado porque en general el papel debe humedecerse antes de la estampación y todo el proceso resulta muy laborioso y delicado para obtener una buena estampa. El formato, entonces, lo utilizo en relación al discurso de la obra. Su multiplicidad la he usado como herramienta para crear piezas de gran formato formadas de pequeñas piezas (las cuales me es más fácil transportar y enmarcar).
—¿Cómo es tu proceso creativo: sueñas, imaginas, escribes…?
—Antes de realizar alguna pieza hago mucha labor previa como son el definir la idea, bocetos, investigación en relación al tema, apuntes, lecturas, etcétera. Una vez definida la idea, determino qué técnica le irá mejor y nace la imagen, determino el tamaño de la placa, viene el proceso de grabar la imagen. Sobre el mismo proceso, de acuerdo a la técnica, me gusta experimentar con texturas, líneas, formas, huellas. Terminada la placa o placas que construirán la imagen hago pruebas de color, el color también lo define el tema o el trazo; con la bon á tirer BAT me preparo para la edición de la estampa final.
A más de 80 días de confinamiento. Sandra ha usado estos días para producir y crear. Tomar el tema del pandemia Covid-19, como una línea para expresarse. Por ahora, ha elaborado una pieza colectiva para la cual convocó a la participación del público en general.
A través de las plataformas de comunicación virtual hizo una invitación, en donde los animó a escribir un pensamiento, frase o palabra destinado a alguien más en medio de esta pandemia y que escogiesen un color. En esta pieza participan 73 pensamientos, número de participantes que ocupará esta obra que será de unos 5 metros de longitud por 2.5 metros aproximadamente de alto. Concluyó otra serie que habla de esta transformación que reclama el mundo como sociedad: una serie de 12 grabados que combinan grabado en linóleo y acuarela, que en su conjunto forman una pieza.
Por cada participante (cada pensamiento) realizó una pieza única (en el color elegido), que incluye una placa impresa en grabado en linóleo y otra grabada en madera (xilografía) con una imagen que va plasmada en cada una de estas piezas únicas y que en conjunto forman una imagen de gran dimensión. Aún no define el título, pero el conjunto de estos pensamientos para ella es un esfuerzo de empatía, solidaridad y amor, “el mismo esfuerzo que requiere una pandemia como esta».
Actualmente trabaja en otra obra que estará formada por 7 piezas (linóleo, tetra pack y colografía), todas ellas hacen esta reflexión de la necesidad de conjuntar esfuerzos para mitigar esta pandemia y de la tarea que corresponde reflexionar en medio de esta situación que trastoca al mundo entero: “La mayoría de estas piezas utilizan al grabado como técnica principal, pero desde hace algunos años experimenta y suma técnicas al grabado como el collage, acuarela, chine colle, colografía entre otras técnicas lo cual a mi parecer enriquece el discurso”.
Cerca de una de las ventanas del taller Sandra sonríe. Nos comparte un pedazo de cielo a través de los cristales. La humedad de aquel día también se percibe a través de la fotografía que ha enviado al correo electrónico. La luminosidad de las horas se asoma y se depositan en su cara. Traza algunas líneas, continúa con su proceso creativo. Se le ve armoniosa, nos regala un instante de las tantas horas que ha hecho de su casa y de su taller, un lugar de búsqueda y de encuentro.