¿Qué significa “romper el silencio nos da libertad”? Va más allá del simple hecho DE CALLAR LA VOZ Y PERMANECER EN EL ANONIMATO. Va más allá de guardar en tu corazón tantos silencios, tanta hipocresía y mentiras. Romper el silencio es tomar ese barco de salvación y navegar en el mar de los sueños sumergidos para llegar al puerto seguro de la voz, la voz que libera, que anima, que reaviva la llama de la pasión por vivir, por luchar por lo que es justo.
¿Nos sirve de algo callar nuestros demonios o alzar la voz para liberarse de ellos?
Callar nuestro pasado, no hablar de errores es no avanzar al crecimiento personal; alzar la voz para liberarse es desposeer una enfermedad mortal como un cáncer lento, hablar sana, nos da fortaleza ante cualquier adversidad en la vida. Puede ser una plática con una profesional, un psicólogo o psicóloga para superar algún problema emocional o alzar la voz ante una denuncia social y cambiar el rumbo de nuestras propias condiciones sociales, económicas, políticas ideológicas.
Si queremos un cambio en nuestras vidas empecemos desde adentro con nuestras propia persona, romper nuestro silencio y combatir esos demonios para ejercer nuestra libertad. Esto es a lo que yo llamo el principio del fin. Lo comparto con ustedes lectores de esta columna, es parte de mi aprendizaje aquí en la cárcel. No estoy estancada, esta es una escuela que me ha enseñado a enfrentar la vida con valor y fuerza, quien no aprende la lección en este lugar difícilmente podrá resolver otras cosas en su vida.
Aquí no se terminan nuestros sueños, aquí comienza una segunda oportunidad para hacer realidad nuestras metas y proyectos. Gracias por el espacio para poder compartir con ustedes mis reflexiones. Ser libres es una elección, una actitud en la vida.