Por: Lunacia
Cuestionar o analizar la religión en México, es para muchas personas algo irrespetuoso, grosero, agresivo, desobediente, de gente que tiene problemas mentales o espirituales, que va contra los principios, la moral y puede llegar a ofenderles en lo personal. La hipocresía y doble moral, son algunos de los rasgos de personas que no aceptan que existen otras, que no necesitan de la religión para vivir su vida humanamente.
La dependencia y arraigo cultural a la religión tiene sus antecedentes en el periodo de la conquista en nuestro continente latinoamericano, donde fuimos violentamente invadidxs y atacadxs en nuestro territorio. Pueblos ricos en recursos naturales fueron destruidos y saqueados, como lo hacen todavía en la actualidad algunos extranjeros. Desde entonces la religión principalmente la católica, se quedó en nuestra población de origen y mestiza.
Durante siglos, lo que ahora le nombran “encuentro de dos mundos”, los “conquistadores-descubridores de nuestro continente” establecieron creencias religiosas católicas a nuestros ancestros, donde un “hombre-dios” (y otros que se robaron todas nuestras riquezas propias) creador de todo el universo y que mediante lo que dice un libro llamado Biblia o lo que dicen hombres y mujeres que se hacen aliados y negocian muy bien esa “palabra de Dios”, con títulos de sacerdotes, obispos, papas, monjas y otros, en la actualidad, dejaron y sostienen impuesta la “costumbre de que “todos debemos llevar esa supuesta “espiritualidad católica o ahora de otros negocios dentro de las religiones, como consigna” así sea una “empresa de fantasías e historias” contadas, falsas o materialistas, inhumanas o discriminadoras, mientras la población sea “obediente y sumisa” el gran negocio se sostiene. Así comenzó la colonización siglos atrás y todavía en la actualidad.
Representaciones simbólicas
En la religión católica, la empresa mayoritaria-monopólica en México, los máximos representantes, muestran físicamente a un dios mayor y a su hijo joven (Cristo, virgen de Guadalupe) en estatuas elaboradas de yeso y otros materiales, hombres de piel blanca, cabello rubio o claro, con ojos de color, en ciertas poses que denotan esa espiritualidad o bondad que le caracteriza como creador, sufrido, victimizado, aguantador, una autoridad divina en fantasía, etc. ante la mayoría de la población latina. Otros santos o vírgenes, santas o ángeles, que en la mayoría de las historias que se cuentan de su llegada a ese título, son o provienen de la población de clase económica baja, de la pobreza o de otras razas. En el caso de México la guadalupana-virgen de Guadalupe, es todo un ícono simbólico de la cultura machista y una imagen de “madre de fantasía mártir” para muchos hombres, que tiene todo un peso social “con culpa” en la población tradicional y cotidiana. Se hace una gran fiesta cada año, donde hacer peticiones o el “sufrimiento” es muy representativo.
Lamentablemente no son muchas las personas que conocen nuestra historia en esos temas y en muchos otros, aun en estos tiempos donde la tecnología nos permite informarnos o documentarnos también, de algunos saberes, además de otros factores particulares y sociales, como “desacostumbrarse a creencias tan arraigadas” en su mentalidad o vida diaria. En la mayoría de las religiones se niega, se rechaza, se limitan las capacidades de las mujeres y se les asigna un lugar de seres “inferiores a un hombre dios” pero serviles y con estereotipos particulares y específicos.
La religión también ha sido como una especie de “arma psicológica representada en discursos e imágenes creadas” con mucho “poder de mando” que ha logrado durante milenios manipular a las personas para controlarlas, con creencias que cuentan “fantasías divinizadas por ese dios ilusorio” y contado a conveniencia, para sostener un legado antiguo que solo busca el objetivo de seguir robando, obtener un gran “poder monetario logrado ante esa divinidad” que le permita su conservación como institución desde la conquista y colonización, destructora de nuestra verdadera cultura ancestral diversa.
Las mujeres “divinas, diosas, magas”
Una población de las más afectadas y agredidas con estas creencias, igual que a niñas y niños, ha sido la de las mujeres, a quienes se les ha educado con ese credo-doctrina desde la infancia y ha logrado controlar y determinar con fantasías-historias-cuentos-mitos, que no son reales, su identidad. Esa identidad que pocas veces ha sido soberana, que mucho ha costado construir alejada de dogmas y mandatos sociales, con la única finalidad de ejercer un derecho de “ciudadanía propia” sin depender o estar subordinadas a ese patriarcado con poder machista que todos los días intenta excluirnos o tratarnos como invisibles, pero ha logrado que muchas mujeres se apropien de esa mentalidad de fantasía-divina con machismo, donde a veces ellas se han llegado a considerar “diosas o magas” que ejercen el rol de cuidadoras como la tradición se los demanda y ante situaciones en las cuales pueden estar viviendo la violencia doméstica o en algún otro contexto, con sumisión o cierta ingenuidad. Existe un lenguaje que de alguna forma intenta ocultar, callar o no querer ver una realidad presente que vivimos las mujeres ante la discriminación o violencias, frases como: ”que dios te bendiga”, te desean “bendiciones”, las “madres buenas que bendicen a sus hijos persignando su cara” cuando se despiden, que “dios no abandona” que “dios aprieta pero no ahorca” que “solo dios sabe lo que hace” que “solo dios te hace feliz o buena persona” entre tantas otras frases, se usan cotidianamente y son parte del vocabulario de mujeres adaptadas a esa cultura religiosa y que “difícilmente se atreverán” a cuestionar ante la sociedad.
Quienes hemos revisado de manera analítica y crítica, la biblia u otros textos donde se describe un contenido religioso y de creencias, estamos seguros de que lleva todo un esquema basado en prejuicios, juzgamientos y posicionamientos machistas, sexistas, de doble moral, sustentado en muchas “fantasías mentales masculinas propias de la cultura machista que sostiene un dominio”, que nos excluyen o nos minimizan, nos condicionan o nos violentan, nos imponen una condición de “sufrimiento”, “sumisión” , “obediencia” y nos coloca un solo lugar para nosotras, el hogar, para ocuparnos en crear-formar nuestras familias, ideas en las cuales muchas mujeres han sido enseñadas y condicionadas para adaptarse al parámetro social y llevar en sus vidas.
Muchas veces, la religión (cualquiera que sea, ante la variedad que existe en estos tiempos) es parte de un justificante para dividirnos, para no solidarizarnos entre nosotras, para no relacionarnos en amistad, profesionalmente o laboralmente, hay mujeres que quieren restringir con machismo la vida de otras, las que no entran en la tradición y buscan en muchas ocasiones, “tratar de adaptar a la que no encaja” a la que “por desobediente está mal en su vida” a la que “por no pedir permiso” se lo merece o se lo buscó como castigo, por no hacer lo que la tradición espera. Me pregunto ¿será que a muchas mujeres, llevar en su mente o imaginación, un dios que consideran su cuidador-protector o el que les ayuda a “resolver” sus problemas a veces solo emocionales, o enfrentarlos, es una forma de manifestar miedo o negación de una dura y dolorosa realidad visible, donde hemos sido discriminadas-agredidas constantemente y en cualquier lugar? donde hombres machistas violentos, en sus diferentes espacios sociales nos han negado, rechazado o hasta matado para ¿no molestarles o porque cometieron un error y se disculpan después de agredirnos?
La religión ha sido integrada en México hasta en el sistema educativo como parte de una enseñanza privada fructífera para ciertas empresas y a lo largo de la historia ha dejado creencias y costumbres destructivas y violentas hacia nosotras y también a la población infantil. En la inquisición, nos quemaban por ser mujeres con muchos saberes, en la actualidad todavía la desigualdad de la mujer es muy visible y muchas personas se resisten, se niegan o retroceden a querer aceptar y considerar nuestros derechos humanos propios. Manejada-dominada por todo un consorcio de machismo, aparentemente debería lograr unir a las personas constructivamente, pero no es así, ya que su único objetivo ha sido sostener un gran capital monetario y lo ha cumplido desde siglos atrás.
¿Qué enseñarías a tus hijas sobre la religión? ¿Crees que la religión sirve para una vida con calidad? ¿Crees que la religión enseña valores? ¿Conoces a personas que dirigen sus vidas con una religión? ¿Conoces personas que al vivir con represión por creencias religiosas, acostumbran consumir drogas para aguantar esa realidad que no superan o no la pueden dejar?