FOTOS: KARLA GÓMEZ
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.- Dejándolo como un “tema muy complejo” en el que “hay de todo: quienes sufren y quienes ganan bien” Marta Lamas presentó su reciente libro El fulgor de la noche en el que desarrolla los resultados de su investigación sobre comercio sexual en trabajadoras de la Ciudad de México, publicado por la Editorial Océano.
Ante un concurrido auditorio que se concentró en el Museo de la Ciudad de Tuxtla Gutiérrez, invitada por el ayuntamiento de la capital, la antropóloga feminista compartió los devenires vividos durante la realización de su texto que inició por su “acompañamiento político y curiosidad morbosa” acerca de esa división que se hace entre “las putas y las decentes”.
Durante su breve participación, Lamas dio énfasis a los testimonios de las trabajadoras sexuales de quienes aseguró, en su mayoría no lo viven como explotación y narra el caso de una de ellas que reconocía que no era el mejor trabajo pero “ganaba 70 pesos en 12 horas como afanadora, mientras que en 3 horas ganaba 500 pesos por lo que ella aseguraba que eso no era explotación”.
Habló también de una realidad que viven las mujeres que ejercen el comercio sexual que son las diferencias de color de piel, edad, origen, estatus académico, lo cual influye en su ingreso económico. “No es lo mismo una joven morena, que una joven blanquita universitaria o una mujer de la tercera edad” señaló la académica.
Foto: Karla Gómez
Dejó claro que es partidaria de que el Estado no debe incumbirse en los cuerpos de las mujeres ya que las leyes no se pueden establecer con base a “repugnaciones sino en los derechos humanos de las personas”, refiriéndose a que este ejercicio es controversial porque en el fondo está en juego la sexualidad de las mujeres.
Por otro lado desmarcó la trata de personas del comercio sexual, pues aseveró que la trata sí existe, es muy cruel y hay que luchar contra ella “pero con inteligencia, no haciendo operativos policiacos que entran a los antros y detienen a las chicas que están trabajando ahí victimizándolas y criminalizándolas”.
Aceptó que la parte ausente en su libro son los clientes, sin los cuales el comercio sexual no existiría y a quienes se les piensa como seres pervertidos pero en realidad son “hombres normales, en un 95 % casados” que seguramente tienen problemas conyugales; a la vez criticó el hecho de que “la prostitución se vea sólo como un problema de mujeres” por lo que los clientes siempre estén invisibles.
El texto de la antropóloga y periodista fue comentado también por Elvira Madrid, presidenta de Brigada Callejera quien defendió que “algunas trabajadoras están por decisión propia y otras porque es su única alternativa; Patricia Uribe, directora de Censida quien aportó una visión muy institucional sobre el texto; y Arturo Alfaro de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, que criticó la visión de los funcionarios respecto al tema que lo ven como “un foco de infección”. La presentación estuvo moderada por la regidora Paulina Conde.