Antes de que busquen manchas en el techo y bostecen, les anuncio que esto no es una crítica teatral sino mi impresión sobre la obra «Sirena del Desierto» que fui a ver el pasado 26 de noviembre en la Galería Rodolfo Disner ubicada en el centro de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.
Soy de esas personas incómodas que siempre piden respaldo a los proyectos culturales especialmente si emanan de mujeres, así es que trato en la medida de mis posibilidades de horarios saturados ser congruente, es por eso que el sábado pasado me salí del festejo de cumpleaños de uno de mis mejores amigos y me llevé a mi prima Lily a ver «Sirena del Desierto», obra de teatro escrita por la dramaturga Damaris Disner, dirigida por Jorge Luna, y representada por Nínive González y Jorge Rueda.
Un ameno conversatorio con lxs integrantes de la obra «Sirena del Desierto».
No reseñaré la historia para que vayan a verla, se dejen llevar y terminen gratamente sorprendidxs -como yo- por la trama, las actuaciones, la dirección y la ausencia de barreras elitistas entre el público y la puesta en escena. Lo que sí les diré es que lo hermoso de «Sirena del Desierto», es la manera tan empática en la que visibiliza temas que regularmente son ignorados porque tienen que ver con mujeres y problemáticas sociales, como las migrantas y su sobreviviencia.
Si esto no fuera suficiente, al final de la obra la escritora, el director, la actriz y el actor descuelgan el telón imaginario e invitan a lxs asistentes a despejar dudas respecto a la obra y a aportar opiniones, lo cual termina -al menos así fue en la función a la que asistí- en un conversatorio muy ameno al que sólo le falta la taza café, una copita de mezcal o galletitas para sentirnos entre amigas y amigos nutriendo una idea.
Aunque me encanta, no soy experta en teatro, me parece que eso de ser especialista en criticar la creación de una persona es ególatra y nada solidario, pero sí puedo compartir que disfruté mucho la obra, se nota la calidad humana de quienes la hacen posible, su entrega, el profesionalismo, el compromiso de hundirse en la historia, contexto y personajes.
Sin embargo, la razón principal por la que tienen que ver esta obra chiapaneca es porque es una propuesta horizontal, incluyente, andarina -existe la intención de llevarla a espacios públicos- y equitativa: dos hombres y dos mujeres amalgamando, fluyendo, en armonía, con la bandera del teatro a cuestas.
Las próximas funciones de «Sirena del Desierto» serán el 3,10 y 17 de diciembre; a las 8 p.m. en la Galería Rodolfo Disner. Asistan y de paso apoyen el quehacer cultural y artístico de Chiapas. El teatro alimenta, no se la pierdan.