Leí a Elizabeth Patricia en la Revista Enheduanna. Me gustó una crónica donde mostraba cómo es la vida para los niños y niñas que laboran en las calles de noche vendiendo flores, y luego un trabajo sobre la sordo ceguera. Me gustaron sus letras y su manera de ver el mundo, más bien de sentirlo.
Cuando una siente al mundo, lo cuida, lo abraza y enseña a otras personas a sentir como una siente. Elizabeth Patricia no ve al mundo con los ojos, pero lo entiende y ayuda a quienes contamos con los sentidos, formula propuestas y acciones para proteger el derecho de los grupos vulnerables, recauda juguetes para beneficiar a niños en situación de discapacidad, es una activista que con su labor en la vida pública nos enseña que la inclusión y la equidad son posibles.
Me entusiasma verla dando conferencias de prensa para presentar proyectos de bibliotecas accesibles en San Cristóbal de las Casas, su labor en Grupo Visión, enseñando a niños y niñas a usar un bastón blanco, enseñando a los automovilistas que las banquetas son de las personas sin importar su condición social, género, edad.
A esta mujer emprendedora e incluyente, quien trabajó en el DIF Estatal no le van a pagar el aguinaldo, hoy leí a la periodista Valeria Valencia Salinas escribir:
“La Directora del DIF Municipal, Claudia Orantes, le negó el aguinaldo a Elizabeth Patricia Pérez. En el año, trabaja 12 horas a la semana con un grupo bien bonito, (me consta, ahí están las fotos) niñxs y personas adultxs ciegxs, enseñándoles a leer en braille con los pocos recursos que tenía la biblioteca del DIF municipal”.
La falta de pagos está afectando a personas que trabajan para promover la equidad de género, la inclusión, como es el caso de Elizabeth Patricia, quien durante años ha realizado propuestas de políticas públicas, elaborado e impartido talleres para enseñar braille, pero sobretodo mejoró la calidad de vida de las personas que viven con capacidades diferentes enseñándolas a usar un bastón blanco para ver con los oídos y las manos.
A Elizabeth, maestra en Inteligencia Emocional y columnista del Semanario Mirada Sur y Revista Enheduanna se le debe pagar, se le debe respetar y valorar porque en esta sociedad chiapaneca los niños y niñas, las personas con discapacidad, los ancianos y ancianas, las embarazadas, los lactantes y sus mamás no importan. Se le tiene que pagar porque estamos hartas de la violencia institucional, del recorte de presupuestos a los servicios que necesitamos. La violencia económica que hoy se vive en Chiapas tiene que parar y como chiapanecas tenemos que decidir a dónde queremos lleguen los recursos.