Por: Karla Gómez/Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.
– Ohhhhhhh
– Ohhhhhhhhhhhhhhhh…
Con este grito emitido por los tigres, a quienes se les considera guardianes del Gigante y del Santísimo, inicia la Danza del Calalà, que celebra al Día de Corpus Christi en el municipio de Suchiapa.
Los tigres llegaron por un momento a las tierras zoques tuxtlecas, acompañado del sonido de tambores y pitos que vistieron de sincretismo el vestíbulo del Museo Regional de Chiapas.
En esta danza tradicionalmente zoque, representa el sincretismo con la religión católica, prehispánica y mesoamericana, donde los cinco personajes: Gigante y Gigantillo, los tigres, el venado y los chamulas, se impregnaron en la mirada de los espectadores, quienes a través de sus pupilas capturaban el momento atemporal.
El Gigante carga un penacho donde hay una serpiente tallada en madera, por lo que este personaje parece ser la representación de la serpiente emplumada de la época prehispánica: Quetzalcóatl.
Mientras que el Gigantillo, representado por un niño quien viste camisa blanca, pantalón de manta, y sostiene un arco en la mano derecha y en el izquierdo un lazo que tiene atado al extremo una esfera forrado de tela, simula la honda y piedra de David.
Por su parte, la participación de los chamulas en la danza es de imitación, principalmente de los movimientos que realizan el Gigante y el Gigantillo.
SINCRETISMO
El Museo Regional de Chiapas dio a conocer que son pocos los datos que existen acerca de la fiesta del Corpus Christi en Chiapas, aunque aclaró que debió iniciar poco después de comenzar la evangelización, debido al interés de los frailes de que los «grupos naturales» comprendieran pronto los misterios de la fe católica.
Esta se concebía como una “manifestación alegre del triunfo de la fe, en la que participaba toda la comunidad a modo de cortejo, portando la hostia entre cánticos e himnos, galas y aderezos” (Palomo apud Pradillo y Esteban, 2002).
Refirió la institución cultural, que en el siglo XIX, la celebración al Santísimo desapareció en la mayor parte de los pueblos de Chiapas, sin embargo, en Suchiapa y Chiapa de Corzo se mantuvo presente.
“En el caso de Suchiapa, debido a la expulsión de los dominicos del pueblo en el siglo XVIII, la custodia quedó bajo el amparo de la familia Toalá. De esta manera, aunque durante más de cien años no hubo párroco permanente que orientara este culto, siguieron organizados en una cofradía, representada por el tata Manuel y después por su descendiente Lucano Toalá, dando continuidad a esta celebración”, dijo.
Mencionó la dependencia que hoy en día es difícil descifrar cómo se fueron incorporando todos aquellos personajes que participan en la celebración que llega a nuestros días, sobre cuál fue la razón prehispánica de ella y hasta dónde la función católica que dieron origen a las danzas actuales con sus respectivos personajes principales como el Gigante y Gigantillo, venado y tigres; donde nambusheli, colmenero y chamulas se presentan acompañando a la primera danza el rey con reina, y malinches para la segunda danza.
Por su parte, Fanny López Jiménez, directora del Museo Regional de Chiapas, acotó que prepararon la demostración de esta danza, porque el día de Corpus Christi la celebran con el baile del Calalá. Asimismo, abundó que esta danza también se encuentra en otros estados, como Tabasco y Veracruz.
Apuntó López Jiménez que pretenden seguir haciendo este tipo de actividades, para que la gente conozca su cultura y asista a las actividades programadas, como a la exposición del traje del tigre que permanecerá sin costo alguno en la Sala de Historia del Museo Regional de Chiapas.
Puntualizó que la cultura está en movimiento, por lo que no se puede evitar los nuevos elementos que le van agregando a las tradiciones.