En este lugar todo anuncia que habrá fiesta. Las calles están adornadas, las casas recién pintadas, las banquetas bien barridas. Es la mañana del 08 de Enero en Chiapa de Corzo y todo está listo para que en la noche se haga el recorrido de las chuntaes –hombres y mujeres que se visten con faldas y canastos en la cabeza para representar a las sirvientas de Doña María de Angulo-.
Con el recorrido de las chuntaes –mejor conocido como el “anuncio”- comienza la Fiesta Grande de Chiapa que dura 23 días y en el que participan miles de personas.
Hay diferentes versiones sobre por qué la mayoría de las chuntaes son hombres. Las y los habitantes de Chiapa de Corzo y sus cronistas coinciden que en algún momento se les llegó a prohibir a las mujeres salir de noche para representar a las sirvientas de doña María de Angulo en la fiesta así que los hombres hicieron la representación.
Doña María de Angulo fue una mujer originaria de Guatemala que entre 1767 y 1768 ayudó al pueblo de Chiapa durante una fuerte hambruna. Ella estaba agradecida con ese lugar porque fue en los baños termales de ese lugar donde su hijo se curó de una enfermedad así que por eso al conocer de la hambruna llegó con sus sirvientas a repartir comida a todos los barrios.
Las chuntaes ahora están conformado por grupos de hombres y mujeres, aunque la mayoría son varones. Existen por lo menos tres pandillas –así se les llama a cada grupo de chuntaes- que participan durante la celebración.
La pandilla de la tia Tey
Esther Noriega Molina es una mujer de 72 años originaria de Chiapa de Corzo. Ella participaba en los recorridos y se sumaba a las pandillas de chuntaes que ya existían en Chiapa de Corzo. Pero, en 1994 decidió formar la propia, después de haber presenciado la agresión en contra de un travesti homosexual en el recorrido.
Durante algunos años, sobre todo los 90, las personas homosexuales, travesti, transexuales y transgénero, que participaban en la fiesta, eran agredidas por las otras chuntaes, sobre todo por hombres.
La pandilla de la “Tia Tey”, ella misma lo dice, no es exclusiva de la comunidad gay. Es más bien un grupo incluyente, en donde pueden salir todos y todas a participar de la tradición más grande de Chiapa de Corzo.
El trabajo de esta pandilla como el de muchas otras personas más que participan en la celebración es convertirla en una festividad incluyente, que festeje la comunidad y en el que todos y todas puedan sentirse parte de ella.