Entrevista a la educadora sin escuela Amparo de los Ángeles López
Fotos: Cortesía Amparo López
Tiene cinco años, me habla de papalotes y lombrices, agrega comentarios a su madre mientras ella me explica qué es el unschooling; demuestra entusiasta sus conocimientos matemáticos, enumera del cero al doscientos. No va a la escuela, su papá y mamá, una pareja originaria de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, Sergio Herrera y Amparo de los Ángeles López le enseñan en casa.
-Luis Santiago ingresó a una guardería al año y medio de edad- explica su madre-, trabajamos y nos decían que en ella el niño socializaría, dejaría el pañal, comería, no estaría tan apegado a mí. En la guardería le dejaban tareas, trazos en papel.
“Santiago pregunta el porqué de las cosas, para qué sirven. Anteriormente le encantaban los dinosaurios y sabía sus complejos nombres. Era la oportunidad de enseñarle ciencias naturales, geografía e historia. Él diferenciaba entre animales carnívoros, herbívoros, omnívoros; sabía continentes, mares, ríos.”
-¿Qué los motivo a continuar su formación fuera del sistema educativo de gobierno?- le pregunto a Amparo de los Ángeles, mientras Luis Santiago juega con una granja de animales y escucha discreto lo que hablamos.
-A los cuatro años metimos a nuestro hijo al jardín de niños, un día llegué a recoger a Santiago al salón de clases, la maestra leía un libro de los dinosaurios y él alzaba la mano para explicar que comían, dónde vivían, la maestra seguía la lectura, Santiago pedía la oportunidad de aportar sus conocimientos a la clase. La maestra lo vio con odio y le dijo: ‘-¡Siéntate y cállate!, tus amigos quieren escuchar’-, en lugar de alentarlo a exponer en clase.
“En la preparatoria me daba nervios exponer y en lugar de que en la escuela ayuden a los niños a explotar sus capacidades, les digan: ¡cállate y siéntate!, pienso, les roban la iniciativa. En ese tiempo, asistimos a pláticas acerca del Hogar Educador, con un enfoque dirigido a educar con valores. Tomamos la decisión de sacarlo de la escuela. Santiago se quedó con la persona que hacía los quehaceres del hogar a sus cuatro años, siete meses”.
La pareja, según me explica la educadora sin escuela, tomó la decisión basándose en que el sistema educativo no es el adecuado, acaba con la estructura del pensamiento, no es una educación coherente con principios y valores que termina por hacer que lxs niñxs desconfíen de su propio juicio por la constante amonestación de lxs maestrxs hacia lxs niñxs.
-¿Cómo trabajaron con Santiago a partir de ese momento?
-No sabíamos que había programas en línea donde bajas planes. Desarrollamos la parte social del niño, llevándolo a natación, a la librería José Emilio Pacheco, donde hay talleres como El ropero de Frida Kahlo, y hacen prácticamente lo que un niño haría en el recreo. Esa es la manera en que socializa, o lo llevamos a parques…Como educadores sin escuela, en lo académico lo guiamos con base a sus aptitudes. Le leemos constantemente. A sus siete años trabajaremos con un currículo donde especifique qué enseñarle, este proyecto se basa en el auto diseño de un programa. Actualmente, estamos al pendiente de eventos culturales y artísticos en las redes sociales y asistimos a ellos- me explica la madre de Santiago.
Unschooling guía al conocimiento del menor través de sus intereses y aptitudes, ellos mismos dirigen el aprendizaje, tienen libertad de pensamiento, a diferencia del homeschooling no utiliza un currículo.
En Unschooling, Santiago puede estar interesado en las plantas (herbolaria), y sus padres llevarlo al jardín botánico para que este conozca el nombre científico, de dónde proviene (geografía), cuál es su altura (matemáticas), acercarlo a poemas o pinturas acerca de los árboles…El niño utiliza cada uno de los sentidos para aprender. Es una educación práctica y funcional.
-¿En algún momento piensan cambiar de sistema de educación a Santiago?
En Filipinas a los niños los escolarizan a partir de los siete años. A Santiago vamos a escolarizarlo a esa edad con homeschooling.
-¿Has pensando si puede dificultársele el acceso a la universidad por no asistir a una escuela formal?
-Nosotros creemos que si desea ser taxista, está bien, si desea ser médico no habría problemas porque existe un programa en el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA) que legaliza los estudios de primaria y secundaria a través del Modelo de Educación para la Vida y el Trabajo, diseñado para certificar primaria y secundaria a personas mayores de 15 años. MEVT y 10-14 es el mismo programa pero para niños que tienen ente 10 y 14 años. Es gratuito. Con el certificado de primaria y secundaria puede ingresar a preparatorias o bachilleres abiertos. Santiago decidirá si estudia la preparatoria en un sistema escolarizado. Y posteriormente la universidad.
Santiago me dice el abecedario mientras salta el trampolín, es la hora de salida en el jardín de niñxs. Le pregunto si es feliz y me responde que sí, sí con una sonrisa.
-Nosotrxs buscamos con su educación que realmente utilice lo que aprende. La edad de oro de un ser humano es de 0 a 7 años, es el tiempo en que les puedes inculcar valores, hacer de tus hijos e hijas buenas personas, y queremos dejar en él los mejores cimientos para que sea feliz y responsable, con conciencia social- concluye la licenciada en Informática y madre de Santiago.