LACTANCIA MATERNA Y EL DOBLE DISCURSO
Por: Valeria Valencia
Me dio un gusto enorme que se hayan realizado actividades en torno a la Lactancia Materna en lo que va de agosto, porque esto la pone en el debate público o al menos se vuelve público un tema que se ha considerado algo del espacio doméstico, “propio de las mujeres” y por tanto, un tema irrelevante de lo que se preocupan sólo las matronas y por supuesto las mamás.
Hubieron por lo menos dos eventos, el primero se realizó durante la semana del 3 al 7 de agosto con actividades en San Cristóbal, Tuxtla y Comitán, organizado por la Liga de la leche de Chiapas, que liderea Cecilia Arredondo Vera; (ver: http://www.revistaenheduanna.com.mx/chiapas/la-lactancia-materna-amistades-de-cuna/) y el pasado viernes, en San Cristóbal se llevó a cabo el II Encuentro a favor de la lactancia convocado por el colectivo de Lactancia Materna, Parto Natural y Humanizado llamado AmamantARTE y la organización Alianza por la Salud, Alimentación y Nutrición en Chiapas (ASAN) (ver: http://www.revistaenheduanna.com.mx/chiapas/celebran-ii-encuentro-en-favor-de-la-lactancia/)
A propósito de ello, quisiera abordar sólo dos aspectos de la lactancia materna: la doble moral que encontramos tanto a nivel social-cultural como en las políticas públicas.
En primer lugar: encontramos esa doble moral en el hecho de que públicamente resulta despreciable ver a una madre sacarse el seno para dar de amamantar a su cría, es una escena que, seamos honestas, aún es visto con morbo, con rareza y hasta con horror.
Y si esto suena a exageración, les paso un dato: Hasta hace apenas cuatro años cerca de 12 mil mujeres eran arrestadas por amamantar a sus bebés en público, aunque dar el pecho sea un acto perfectamente legal por las leyes nacionales de ese país. (ver: http://blogs.lainformacion.com/futuretech/2011/09/29/camion-lactancia/)
Y cómo olvidar aquel caso reciente en el 2013, cuando Carmen Vega una madre española fue echada de una tienda de ropa de nombre PRIMARK cuando se disponía a amamantar a su bebé de 7 meses. El guardia de seguridad la invitó a usar los lugares habilitados para ello y no «incomodar a los clientes».
Carmen no se quedó con los brazos cruzados, hizo pública su indignación por las redes sociales y resultado de ello fue la primer Tetada española que se hizo justamente a las puertas de esta tienda con la presencia de decenas de mujeres amamantando a sus bebés.
Y para no ir lejos, acá en México apenas en abril de este año se recordará, circuló en redes sociales un video donde se muestran las agresiones que sufrió una mujer y su bebé cuando lo amamantaba en un parque acusada entre otras cosas de “exhibicionista”.
Se puede ver la doble moral claramente porque pensemos: ¿Cuándo se han denunciando los cientos, miles de espectaculares publicitarios en las calles mostrando parcialmente los senos de las mujeres? Eso es a todas luces agradable a la vista de una sociedad patriarcal en la que los cuerpos de las mujeres se cosifica para fines comerciales y ahí sí no se protesta ni nadie se incomoda.
Por el otro lado, en las políticas públicas también encontramos el doble discurso porque si social y culturalmente se exalta la figura de la madre como la protectora, la sacrificada, y los institutos de Salud lanzan campañas a favor de la lactancia materna porque es la mejor opción para el bebé, en la vida laboral la realidad es otra y está totalmente desarticulada de esta otra parte publicitaria, porque no existe la comprensión mucho menos la facilidad para que las madres trabajadoras cuenten con el espacio y el tiempo para amamantar a sus crías.
Tan sólo echemos un ojo a las leyes de otros países:
En los países latino americanos y caribeños como Chile, Cuba, Brasil y Venezuela son donde se cuentan con los permisos de maternidad más extensos, permitiendo índices de lactancia materna exclusivas, igual de extensos, asegurando la tranquilidad de la madre trabajadora que opta por amamantar a sus crías y por tanto la salud de ambxs.
Hay que agregar que en nuestro país, se vive actualmente la particularidad del ascendente porcentaje de mujeres madres solteras que se convierten casi siempre en el único sostén de sus familias; muchas de ellas se ven orilladas a llevar a guarderías públicas -inseguras, insalubres, etc- a sus hijxs, al regresar a sus trabajos lo cual redunda en las posteriores enfermedades de los pequeños, es decir, el poco o nulo respaldo del Estado a las madres trabajadores convierten inviable la crianza a base de lactancia materna para una madre mexicana.
Los datos de arriba nos arrojan que es una necesidad imperante reclamar organizadamente que se haga real el bienestar para las madres que tienen hijos e hijas pequeños y ejerzan el derecho de amamantarlos por la salud emocional y física tanto de la madre como de los bebés. Si en otros países es posible ¿por qué en México no?.