Ilustración: KIKI SUÁREZ
A unos días para que el año se termine y comience otro más, siento cómo el tiempo transcurre sin cesar y cómo algunos corazones caminan sin pensar. Percibo con gran alegría los pequeños pasos que fuimos dando quienes por convicción, amor y esperanza dimos para ir aperturando veredas para una ciudad más amigable para quienes usamos el tacto y el oído y continuar con nuestro camino, para quienes la inmovilidad física no los ha detenido para inmovilizar su corazón, para quienes el sonido interno acallan el sonido externo, y para quienes desde un simple pasatiempo valoran el tiempo de un simple estar.
Con entusiasmo recuerdo como ese 13 de enero, en el DIF Municipal de esta ciudad, comencé a acompañar a 5 personas que por diferentes circunstancias de la vida se vio apagada esa luz externa y con ello quizás apagar toda la fe para seguir adelante. A través de la lectoescritura Braille y el uso del bastón, poco a poco estas personas comenzaron a tener el coraje para enfrentarse a la supuesta “Ciudad feliz” que por todo lo que hemos y fuimos viviendo a lo largo del camino, solo me quedó en denominarla como “Bache feliz”. Me da gusto ver que, quienes entendemos a la vida desde otra mirada vamos saliendo de esta supuesta obscuridad y nos vamos sumergiendo en un abanico de posibilidades y con ello decir que esta población que actualmente atiendo va incrementando porque me permite entender que todo es posible.
Mi convicción se afirma y reafirma cuando ese 3 de febrero, me otorgan ese reconocimiento a nivel Estatal en favor hacia las Personas Con Discapacidad y con ello, esa espinita que me inquietaba deja de estarlo para al fin comenzarse a concretizar y aperturar una Asoiación que pretende llegar a mas corazones y rescatar esa frase que dice: ¡Nada de nosotros sin nosotros!.
Con cierto desvelo y sobre todo con un gran entusiasmo, de marzo a julio tuve la oportunidad de estudiar un diplomado en Neuropsicopedagogía y con esto tratar de empatizar aún más con los casos que por azares de la vida tengo para acompañarlos desde sus diferentes condiciones.
En el mes de julio, di a conocer de manera pública el proyecto “Amor sin fronteras A.C” y desde estas palabras trabajar para un mundo más equitativo e igualitario para todos y todas, en donde la edad, condición social, el género y sobre todo, nuestras condiciones físicas, de movimiento, y mentales no sean el pretexto para disfrutar todo aquello que por naturaleza nos corresponde. A través del deporte para ciegos o débiles visuales llamado Goalball, pretendimos dar a visibilizar que las limitaciones a veces sólo lo llevamos en el alma o la mente, y que no es necesario ser como todos para disfrutar de las pequeñeces de la vida que a su vez nos hacen ser grandes.
Desde entonces, mediante actividades, pláticas, talleres, conferencias pretendimos dar a entender que la palabra “discapacidad” tan sólo es un imaginario colectivo, que las discapacidades por lo contrario son de aquellos quienes pasaron y atropellaron a mi hermano bastón blanco, de aquellos encargados de negocios le suben a todo volumen a la música (pensando que con esto a traerán a más gente) y trayendo consigo una contaminación auditiva para quienes nos guiamos a través de los sonidos, y que para acabarla de rematar se estacionan sobre las aceras o en un pleno andador, o en aquellos que piensan que por tener de acompañante a un bastón, silla de rueda, muletas o auxiliares auditivos nos merecemos su lástima o de su incongruencia entre lo que dicen y hacen.
En octubre, recorrimos todo el centro junto a nuestro bastón blanco para decir que las banquetas deben ser banquetas, y no un restaurant más al aire libre, en donde quien paga más o quien tiene el poder disponga en eliminar el derecho a la libre movilidad, de que el parque central siga siendo nuestro centro histórico y no un mercado más, y en sí, que la empatía por las diferencias pueda ser el camino a la completud y aprendizaje.
En diciembre, buscamos regalar una sonrisa a nuestros niños en situación de discapacidad, me queda claro que esto no es la solución a lo que encierra vivir con una condición de vida de discriminación, de dolor físico y social, sin embargo, quizás sea un pequeño bálsamo de unos segundos para seguir sobrellevando este modo de vida.
Asimismo, en este mes, cuando todos o al menos eso se supone, quienes trabajamos en cualquier ámbito de la esfera gubernamental, se nos debiese pagar el aguinaldo, esto no suele ser siempre así, estrategia que para muchos y muchas nos colocan en desventajas laborales y que minimiza nuestras posibilidades de crecimiento laboral, en donde la lección más grande a aprender es de buscar y hacer valer nuestros esfuerzos.
A pesar de que este mes era de cierres, por lo contrario, comencé a formarme en la Gestal, un enfoque que me permitirá seguir acompañando de forma más humana y empática a los demás, y por supuesto, seguiré centrando todas o al menos parte de mis energías en estudiar ese doctorado que mis neuronas y mi corazón anhelan.
Puedo comprender a miles de familias que por una enfermedad o accidente su dinámica cambia radicalmente, pues yo vivo en una de ellas, desde hace años, mi papá quien por momentos fueron mis ojos, mi compañero de hospitales, ahora se encuentre luchando por sobrellevar un día más y que un pasatiempo como la sopa de letras sea lo que en ocasiones lo conlleve a sobrellevar esta enfermedad, y pasar por las diferentes emociones en un día cualquiera, me recuerda que soy tan simple una persona común que trata de vivir y hacer realidad sus ideas, para que muchos como tú y yo podamos vernos, escucharnos, y caminar desde el corazón, donde en esta supuesta “Ciudad Próspera” sea para todos y con todos.
Cuando la vida nos sorprende con una limitación física o sensorial, pareciera ser que el mundo se nos cae encima en vez de nosotros en él, nos damos cuenta de que todos somos vulnerables y que nadie es exento a vivir desde la diferencia, y en todo este vivir, nos damos cuenta de que en la vida tan solo hay de dos sopas: el de seguir o el de estancarse, y que la decisión tan sólo es nuestra.
Se que aún falta más por caminar, que tendré aún mas tropiezos, caídas,golpes, decepciones,desvelos y quizás ningún aguinaldo, sin embargo, todo eso se compensa cuando tu estás acompañándome desde tu corazón, por ello, te doy las GRACIAS por ser y estar.