“Con la mala vista es mucho más fácil sentarme en un sillón y pintar que andar por muchas calles en una ciudad grande. Todas las ciudades me estresan y atosigan, dibujando llego a mi casa interna”. Kiki Suárez.
Como a Kiki me estresan y atosigan las calles, llenas de bocinas. Con la hipoacusia de Samantha las bocinas se han vuelto mi pesadilla y noto, conforme dialogo con más personas, que sólo entienden el laberinto de la ceguera, el caracol en los oídos que no lleva sonidos, la pierna que no existe y los pies que no caminarán jamás, quienes viven de cerca algún tipo de capacidad diferente, quienes aprendieron a ver con el ojo interno, con el tacto, a leer los labios a escuchar con las manos.
Somos un gran número de personas quienes buscamos reconstruirnos ideológicamente, desde el lenguaje, y con acciones, entender. El mundo entonces se abre y lloran mis manos de alegría y sé que en años venideros quienes viven y sobreviven con una capacidad diferente podrán hacerlo sin tantos tropiezos pues la Ley Estatal sobre los derechos de las personas con discapacidad, de la que me habló Elizabeth Patricia se hará valer en cada estado, incluido Chiapas.
Sé que con el apoyo de Karlita Gómez continuaremos solicitando se regule el grado de decibeles en los locales de centro, para que personas que no ven y cuya manera de ubicarse en el espacio es el bastón y los sonidos ambientales, puedan transitar sin desorientarse a causa de las bocinas, para que quienes tienen hipoacusia no incrementen el daño auditivo y vivan sin escuchar por la imprudencia de los comerciantes y falta de regulación de las autoridades. Y tengo fe, porque he visto gestos de inmensa solidaridad de quienes llegan a la casa para platicar proyectos, quienes me invitan a una fiesta y no hay bocinas (Lorena Vasconcelos, Valeria Valencia).
Sé también que con el trabajo de personas como Elizabeth Patricia y Kiki Suárez el mundo se hará más empático, pues nos guían en el camino de la inclusión de diferentes maneras. Una de ellas es a través del arte, pensar la vida si nos faltara la visión, si no escucháramos, si no pudiéramos caminar y escribirlo en un poema, dibujarlo sobre manta, técnica libre. El sólo pensarlo y plasmarlo nos ayuda a entender-nos. Y podemos apoyar-nos como sociedad participando en la 4. Subasta de Arte. Grupo Visión y Equitach, a favor de personas con discapacidad donando una obra hecha por nosotrxs.
La subasta se realizará el sábado 11 de febrero de 2017, a las 5 de tarde en la Galería Kikimundo. Hidalgo 3.La técnica es libre y pueden participar personas desde los 4 hasta los 99 años de edad. Las mejores 100 obras serán expuestas por 1 semana, toda obra se usará para el collage anual que kiki elabora.
Para entrar a mi casa interna sólo se necesita tener empatía. Para entrar a la casa de Kiki Suárez se puede de varias formas, a través de la lectura de los cuadros que expone en el Kikimundo, en la Calle Hidalgo 3, en San Cristóbal de las Casas.
La pintora quien vive con retinitis pigmentaria, una enfermedad hereditaria de las retinas y poco a poco ha perdido la vista, junto con la psicóloga Elizabeth Patricia fundaron hace dos años Grupo Visión donde personas con alguna discapacidad o interesados se reúnen en el Cine Club La Paloma y cualquier persona es bienvenida.
Recomendaría ampliamente pintar cómo creemos que se vive una discapacidad y entregarlo personalmente en Kikimundo para disfrutar de las obras que ahí se exponen y para entender diferentes maneras de ver y sentir el mundo, y así planificarlo en beneficio de cada unx.