Por Frida Cartas
¿Sabían que el mayor número de abortos en el mundo suceden aquí, en nuestro continente? Específicamente en América Latina. Y ocurren incluso en países donde está altamente penalizado. Sí, porque las mujeres realizan abortos inducidos, aún cuando eso significa “violar la ley” (así entre comillas, y no lo voy a explicar porque soy una feminista harta de desgastarme en argüir la autogestión y la resistencia ante un Estado fallido con la justicia hacia las mujeres, un estado misógino y cómplice de feminicidios).
Las razones por las que lo hacen, tan personalísimas e insertadas en sus contextos propios, sin embargo muchas veces son similares a las de otras mujeres en el mundo: Eran embarazos no deseados o embarazos no planeados. Que aunque suenen parecidos, no son lo mismo, pero sí están ligados uno al otro. Me explico.
Un embarazo no planeado puede suceder en un momento en que la mujer o la pareja (si existe), no estaban pensando en embarazarse y ocurre. Cae, como dicen, de sorpresa. Las razones, muchas veces ajenas, van desde el fallo de algún método anticonceptivo o el uso incorrecto del condón, o incluso la falta misma de acceso a un método anticonceptivo sea por negligencia médica, por violencia de la pareja o por una demanda insatisfecha de los gobiernos. Frecuentemente estas mujeres o parejas, sí piensan en tener criaturas, pero no saben cuándo, y no definen nada aún. Por eso cuando ocurre se trata de un embarazo no planeado. Y ojo aquí, los embarazos no planeados pueden convertirse después en embarazos deseados o embarazos no deseados.
El embarazo deseado es que aún sin haberlo planeado, cuando sucede, quieren continuarlo y llevarlo a termino. Fin del dilema.
Por otro lado, un embarazo no deseado puede presentarse por diversas razones, entre ellas una de grave violencia sexual como el abuso y la violación, donde además de ser no planeado es no deseado. Pero también puede ocurrir en una relación de pareja estable, y hasta en un matrimonio, cuando una pareja desea tener bebés y lo planean, lo hablan, lo deciden en par. Pero resulta que ese plan llega en un momento inesperado, por equis motivo o circunstancia, como por desempleo, la muerte de algún familiar o de la pareja, qué se yo. y aunque el deseo de tener bebés sigue vigente, tal embarazo en ese momento es un embarazo no deseado.
Los embarazos no deseados suceden además en mujeres que no tienen parejas, mujeres más autónomas, que sí quieren embarazarse y lo planean, pero igual les ocurre en momentos en que les es imposible tomarlo. Y además, aunque en menor medida, pueden ocurrir embarazos no deseados en mujeres que no quieren tener criaturas nunca, y por alguna razón humana o científica se embarazan. Una inseminación forzada o un embarazo aún estando con cirugía para evitarlo.
Por lo tanto también un embarazo sí planeado sea por la mujer sola o una pareja, puede convertirse en un embarazo no deseado por distintos factores inesperados. O al revés, un embarazo no planeado, puede convertirse en un embarazo que sí es deseado, anhelado por la mujer o una pareja; y aquí es cuando se cruzan, porque como le mencioné al inicio, aunque se parecen, no son igual, pero sí van ligados uno al otro.
Y finalmente no hay que dejar de señalar en que los embarazos no deseados ni planeados ocurren permanentemente en agresiones sexuales a niñas con casos de violación, ¡pues ninguna niña piensa en embarazarse a esa edad nunca por favor! Lo que hay tras el hecho violento, aunado a la satanización y criminalización del aborto, es una maternidad forzada en ellas. Gritémoslo fuerte, a las niñas este mundo misógino y adultocéntrico las violenta doblemente.
Así que hay un dilema entre diversos embarazos cuando tales llevan a pensar una decisión de aborto. Lo cierto es que las mujeres han recurrido desde siempre al aborto, y seguirán haciéndolo con o sin ley, que dicho sea de paso, esta las violenta primero al no respetar su derecho a la autonomía reproductiva, anclado en los derechos sexuales y reproductivos reconocidos mundialmente como derechos humanos, y al tratar de legislar sobre un cuerpo que es sólo de ellas y de nadie más.
Hoy por hoy, 50 millones de abortos ocurren anualmente en todo el mundo. 22 de esos 50 millones se realizan en condiciones de riesgo y peligro de muerte. 47 mil mujeres mueren al año en el intento de abortar con la condena a priori de una sociedad enferma de fascismo, un Estado androcéntrico, y un mundo social que misóginamente las culpa, sea como sea..
La Organización Mundial de la Salud da a conocer que del 100 por ciento de embarazos que ocurren en el mundo, 59% se trata de un embarazo planeado, y 41% de un embarazo no deseado, de este 41% que son no deseados sólo el 22 por ciento llega a concluir en un aborto, el 19 restante llega a parto. Lo cual ya no es un dilema, sino una realidad cruel, violenta y machista.