Un café para dos
Por: La Hoja del Parque
Conocí a JJ hace más de 14 años, su piel apiñonada y sus hermosos ojos claros me desfloraron una mañana fresca del mes de abril, amaba sus cabellos lacios y esa manera tan sencilla de manoseo respetuoso. Lo cierto es que se largó tres meses después llevándose mi vida, mi primer amor y mi virginidad.
Me había regalado una de sus fotos, ya saben? De esas de blanco y negro con alguna dedicatoria más o menos así “L.S eres el amor de mi vida”. Patrañas!!! Gritaba, cada vez que pasaban los años y JJ me había mentido con harta claridad ingenua.
Muchas veces soñaba en volverle a ver, y así fue, regresó en los fríos de un diciembre, había reaparecido como por arte de magia por la calle, reímos de inmediato diciendo un hola traslúcido e inigualable, como los de antaño, había pasado mucho tiempo ya.
A veces dices, por qué hay personas que dejas de ver y que cuando las encuentras parece que no pasara el tiempo, la idea es que acoplamos las pocas ansias que nos quedaban por amar un sábado cualquiera. JJ ya no respetaba, me besó tan fuerte que sentí que mis huesos tronaron en medio de los suyos, y me quito las dudas en una sola erupción, tan candentes y sensuales labios que me comían esa noche.
Quería ser suya como aquella vez, y esta ocasión para siempre, aquel lugar no olía a pecado, estaba tan limpio como mi conciencia de medio día, quité mis ropas y las dejé caer, mientras él se desvestía al otro costado, aquella camisa blanca permitía ver mis pezones erectos, deseosos de mi amado, mis piernas temblaban a punto de ser abiertas como aquella flor al primer roce, JJ me amó como nunca, y me dijo al oído: “te voy enseñar hacer el amor”, me dejé envolver en su furia, me encandilaban sus gemidos y de nuevo sus cabellos me erizaban la piel, cogimos por largo rato hasta que nuestras cuerpos dolieran, y… todo por recuperar 14 años perdidos.
Estaba completamente desnuda cabalgando con los ojos cerrados, mientras ponía sus manos en mi cintura, apoyé mis palmas en su pecho para sentirle estrujar por dentro, me acerqué a su cara y le besé por siempre.
Las similitudes existen, jj y yo vagamos los fines a lugares exóticos, recuesta sus cabellos en los suelos, mientras aprecio sus hermosos ojos claros relucirse con el sol. Te amo susurra a mi oído, y yo le digo aún más. Amor de mi vida.
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