Imaginar un mundo con equidad de género separando las acciones para lograrlo me resultó difícil. Veía imágenes de prevención y lucha, pero construir una utopía, un mundo sin estereotipos, en donde el pasar de la mujer en la historia se cuenta desde la época de las cavernas, en donde las autoridades reconocen la violencia simbólica en carteles y La Alerta de Género va más allá de pintar bardas, poner listones rosas; fue un reto. Logré traducirlos a imágenes y compartir la experiencia en una Exposición Colectiva convocada por la pintora Kiki Suárez, en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la mujer, 25 de noviembre y del Festival AMORFA/ EQUIDAD Y GÉNERO. A la exposición se invitó a pintoras y pintores, a público en general a imaginar un mundo utópico con equidad.
Luego de una semana difícil a nivel ideológico por diversas causas, pero dos de ellas fue escuchar frase ni machismo ni feminismo… desde una actividad que tiene propósito generar agentes de cambio a temprana edad; oír a un funcionario decir que las feministas están locas… y otra serie de descalificativos… en ambos casos se reforzaron por hombres y mujeres estos comentarios.
“Muchos estamos de acuerdo, pero es el contenido ideológico la convicción que nos diferencia. Dentro de una sociedad capitalista que se retroalimenta del patriarcado, no podrá existir la emancipación de la mujer, porque en estas sociedades las relaciones sociales van con la producción de bienes y servicios para obtener beneficios, no las relaciones sociales entre las humanas y humanos para un bien común, la igualdad, equidad y justicia”. Flora Tristán.
En el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la mujer, 25 de noviembre, tuve la oportunidad de escuchar el Conversatorio; Violencia de Género en San Cristóbal de las Casas, donde participaron Valeria Valencia, Alina Martínez, Nadia López, Samantha Peña, Mercedes Urbina, Yasmin Ovalle, quienes cada día del año, no un día, han visibilizado las diferentes violencias en contra de las mujeres y les agradecí por ello.
Mi mundo utópico no se concibe sin el trabajo de las mujeres que murieron para que hoy goce de los derechos que tengo: estudiar, leer, decidir cuántos hijos tener… Mi mundo utópico no se concibe sin las mujeres feministas que me rodean.
Un buen ejercicio sería decir la frase: “ni machista ni feminista” frente a una barda con los diferentes rostros de las mujeres asesinadas, desaparecidas. La imagen sería muy clara, el machismo mata; el feminismo visualiza las violencias, previene, exige los cambios necesarios para vivir con equidad.