Foto: Juan Carlos Martínez.
San Cristóbal de Las Casas, Chiapas.- La dueña del hotel La Casa de Mamá, Flor de María Pedrero, abofeteó a la entonces recepcionista Yesenia del Carmen Trejo Gutiérrez y tiró el dinero al suelo correspondiente al pago por 11 días de trabajo luego de despedirla, por lo que la ex trabajadora presentó una querella ante la Procuraduría de Justicia del Estado por el delito de agravio y lo hará a la Junta de Conciliación y Arbitraje y a la Comisión Estatal de Derechos Humanos, denunciando además el trato déspota de la dueña de ese hotel hacia todos sus empleados y empleadas.
Yesenia del Carmen de 29 años, licenciada en Gestión Turística y maestra en Administración, relató que durante el mes y 11 días que trabajó en La Casa de Mamá, ubicado en la calle Guadalupe Victoria número 56, Barrio La Merced, fue testiga del trato racista, autoritaria y clasista hacia todxs las y los trabajadores de esa empresa turística a quienes trata con apodos y les grita en todo momento mientras que hacia fuera promueve valores católicos.
Entrevistada, la gestora turística señaló que previo a una entrevista de trabajo el 28 de febrero por el entonces encargado de esa área Carlos Ballinas, fue aceptada no sin antes advertirle que todas las decisiones en ese hotel eran tomadas por su dueña, Flor de María Pedrero, por lo que el uno de marzo se presentó ubicándola como apoyo a la contadora Fabiola Mazariegos Pedrero, hija de Flor de María, en el área administrativa y al poco tiempo como recepcionista, donde percibía un salario de 100 pesos diarios en un horario de 7 de la mañana a 3 de la tarde.
Trejo Gutiérrez aseguró que ella siempre fue puntual en su entrada, y en su salida salía después de las 3 de la tarde, y que su trabajo con la contadora fue siempre cordial y en términos profesionales. Sin embargo, pudo constatar que todas las decisiones en ese hotel eran tomadas por Flor de María quien “habla con mucha benevolencia, dice que es la mamá del hotel, pero incluso vi cómo le gritaba a los propios huéspedes”.
El 11 de abril, tuvo un inconveniente con su reservación y al ir a la oficina de la contadora para resolverlo, se encontró con Flor de María quien le dijo: “tú ven y me llama a la Sala de juntas, en eso iba pasando su esposo Humberto Cañaveral Mazariegos y también lo llamó, él se siente una silla después de mí y ella me empezó a decir que yo era una persona problemática que desde que llegué al hotel sólo le estaba causando problemas con su hija, la contadora Fabiola, desconozco qué pasó con ellas” El señor le dio todo el respaldo a la dueña aunque le trató de explicar lo que había pasado.
Ante ese trato Yesica le dijo: Si no está a gusto con mi trabajo yo tampoco me siento a gusto por lo cual la dueña respondió: claro que sí, sólo entrégame los uniformes a lo que Yesica accedió y lo único que le pidió fue que le pagara los 11 días que había trabajado.
Al poco rato luego de regresar de su casa, donde tenía los uniformes para entregárselos, entró al área de recepción donde se encontraba ella y al pedirle su pago, Flor de María le pidió que le firmara un recibo en blanco.
“Empecé a llenar los campos le puse la fecha, y antes de firmar le pregunté cuánto me iba a pagar, me dijo que mil pero yo le dije que me correspondía mil cien por los 11 días trabajados más cien pesos por un día de descanso que lo trabajé y cien por un día que no hubo cubre turnos y yo lo trabajé por lo que me correspondía mil 300; se negó y sólo me dio mil 200, por lo que yo le dije: sí está bien, si tanto necesita los cien pesos se los regalo, y en ese momento fue que me abofeteó. Logré contestarle, mire señora Flor yo en ningún momento le falté el respeto, exijo que se me trate dignamente y en su enojo me arrojó el dinero al piso y me dijo: ahí está tu dinero. Me enojé mucho y empecé a llorar, giré y vi a su esposo hablando en la recepción y me acerqué para decirle exijo que se me pague dignamente y se me trate con respeto.
“Antes que el señor respondiera, ella lo negó pero hay cámaras que pueden comprobarlo, porque desafortunadamente solo estábamos ella y yo en ese momento. Al ver que el señor no hizo nada, esperé a la contadora, pero al voltearme la señora estaba recogiendo el dinero del piso, lo envolvió y se acercó a mí para meterlo en mi bolsa y decirme: ahí está el dinero por el que tanto peleas. De lo único que me puede culpar es que en ese momento le di un pequeño empujón por lo que ella giró y me quiso agarrar de los cabellos y yo metí las manos para defenderme y gritar el nombre de uno de mis compañeros para que acudiera a mi ayuda en eso ella me deja y se mete en la oficina de su hija”.
La trabajadora cuenta que al salir de ahí se dirigió a la PJE donde lee dijeron que no procedía porque las lesiones no eran para iniciar una investigación, por lo que el 13 de abril hice la denuncia formal por agravio físico pero me dijeron que lo único que podían hacer era llamarle la atención pero que por maltrato laboral correspondía a Junta de Conciliación Laboral, por lo cual interpondrá su demanda así como también a la Comisión Estatal de Derechos Humanos en esta semana.
“No estoy buscando dinero, sólo un trato digno”
La ex trabajadora de La Casa de Mamá, subrayó que con esta denuncia pública no busca de ninguna manera dinero alguno, sino que se le trate dignamente como a cualquier trabajadora pero también al resto de las y los trabajadores del sector turístico que padecen maltrato laboral por parte de sus patrones y que lo resisten debido a la necesidad económica que tienen.
Además, invitó a que si hay personas que han trabajado tanto en ese hotel como en otros espacios del ramo turístico y han sufrido explotación, abusos, maltratos, despidos injustificados, entre otros, hagan pública sus denuncias porque este maltrato debe ser visibilizado y sobre todo, debe terminar ya que resulta contradictorio que se venda la imagen de San Cristóbal como un pueblo mágico, “pero que no se nos respete nuestros derechos, yo sólo pido que se nos trate como iguales, no somos menos, nos necesitamos unos a otros”, puntualizó.